LIBRO DE LETRAS (RECOPILACION DE OS)

Siempre hay un camino (Bakudeku)

𝑻𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐: Siempre hay un camino
Ship: Bakudeku

Katsuki Bakugo estaba totalmente exhausto, por fin luego de mucho esfuerzo había logrado conseguir un importante contrato que llevaría su carrera como arquitecto al siguiente nivel, había trabajado sin descanso durante semana, diseñando, modificando, planificando y supervisando cada pequeño detalle, observó el reloj que estaba en una de las paredes, eran casi las dos de la mañana, se puso de pie para poder despejarse un poco, su oficina estaba ubicada en los suburbios, cuando consiguió ese lugar le gustaba observar las calles tranquilas.

Cerca de la zona donde estaba él, había un hermoso lago, al mirar hacia el puente que cruzaba el lago, algo llamó su atención, era una persona estaba en la barda del puente, al inicio pensó que solo era alguien que disfrutaba de la soledad, pero al observarlo mejor, se dio cuenta que su cuerpo parecía inclinarse peligrosamente hacia el lago.

Ahí lo entendió

Salió corriendo, agradecía que siempre se levantaba temprano y hacia ejercicio, sintió como su corazón lo alentaba a seguir, cuando llegó vio al joven de cerca, el suave viento agitaba su cabello, notó la tristeza en sus ojos, y como su cuerpo temblaba.

—¡Oye, detente! —gritó Katsuki con fuerza

El joven dio un pequeño brinco, era obvio que no esperaba a que alguien llegara para detenerlo, giró para ver a la persona que le gritó, sus ojos verdes llenos de dolor se posaron en los ojos vivos de Katsuki.

—No hagas esto, por favor —continuó Katsuki, intentando convencerlo, el chico estaba a nada de caer al lago — No sé lo que estás pasando, pero... siempre hay un camino.

El joven bajó su vista al lago, sintió su estómago revolverse.

—No quiero que te vayas —habló con suavidad— No dejes que el dolor te gane, si saltas, no podrás ver que hay algo más, algo mejor, quédate, solo un poco más, déjame ayudarte.

Al parecer las palabras del recién llegado habían hecho efecto en el corazón del joven, sus labios temblaban mientras intentaba ya no derramar más lágrimas, estaba tan roto, se sentía invisible, y su mente no entendía porque ese desconocido parecía genuinamente preocupado por él.

—A veces las cosas parecen demasiado difíciles, como si no hubiera salida —continuó Katsuki, dando un paso lento hacia él, con cuidado de no asustarlo— Pero créeme, siempre hay algo por lo que vale la pena luchar, incluso cuando no lo ves ahora.

El joven volvió a levantar la vista y miró al hombre, sus ojos se llenaron de lagrimas y Katsuki notó la duda en él, esa era la oportunidad que necesitaba, algo que pudiera evitar una tragedia, avanzó unos pasos más con cautela, cuando escuchó al joven.

—¿Cómo puedes saberlo? —preguntó el joven su voz sonaba tan rota y el corazón de Katsuki se estrujo, ¿Qué habría pasado en su vida para haya decidido tomar esta decisión?

—Porque he estado en ese mismo lugar —confesó Katsuki, acercándose lentamente—. Y sé que ahora mismo parece imposible, pero si me das una oportunidad... si te das una oportunidad — aclaro — puedo ayudarte a encontrar ese camino, pero necesito que confíes en mí.

El viento comenzó a soplar con fuerza y el joven vaciló un momento, la mirada de Katsuki no se apartaban de él, dispuesto a lanzarse por él si era necesario, tenia su mano extendida esperando a que él la tomara.

—No sé si puedo —murmuró el joven, sus palabras apenas se escucharon —¿Cómo confiar? — grito, por el dolor que sentía su cuerpo se estremeció y uno de sus pies se resbalo de la barda, perdió el equilibro.