16.- TEMPESTAD

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En esta vida, solo una cosa podía agradar a Katsuki enormemente.

Ahora tú la traes—Escuchó soltar a Kitza—Ten cuidado Oka-san, Katzui la trae—Advirtió al peliverde mayor.

No escaparas Oka-san—Formuló el cenizo menor para comenzar a perseguir a un sonriente Izuku—Eres rápido—Se quejó al no poder atraparlo fácilmente—Ya casi te tengo.

El amor de su vida y sus dos hijos se encontraban jugando a "La traes" en el enorme jardín que quedaba en la parte trasera de la casa, mientras que el los observaba desde su sillón.

Era domingo y no tenía por qué ir a trabajar ese día, al menos no el, por ser el jefe de su propia agencia. Los domingos eran especiales para Katsuki, pues era el único día que podía otorgarles atención completa a Izuku y a sus dos hijos.

Le llegaba altamente si algo muy malo pudiese estar ocurriendo justo ahora. Katsuki no tenía pensando moverse de su casa en lo absoluto. Además, no tendría por qué preocuparse, pues Kirishima tenía el liderazgo de su agencia, en su ausencia.

El pelirrojo lidiaría con los crímenes de este día.

No es cierto—Escuchó decir a Izuku mientras no paraba de reír—Me atrapaste muy rápido mi amor.

Eso era lo que agradaba a Katsuki bastante.

La auténtica y verdadera sonrisa de Izuku.

Ahora que te atrape...—Soltó Katzui para a continuación, derrumbar a Izuku en el pasto— ¡Ataque mortal! —Formuló para comenzar hacerle cosquillas.

No, no, no... espera Katzui.

¡Yo también! —Dijo Kitza para lanzarse sobre su madre y hacerle cosquillas también—Hagamos llorar a Oka-san, Onii-chan.

Izuku no paraba de reír con ellos. Katsuki no podía creer que estuviese teniendo envidia de sus propios hijos.

Era algo muy infantil de su parte.

Paren niños—Soltó el peliverde con dificultad a causa de las cosquillas que le hacían sus hijos—Lo digo enserio, voy a llorar.

Katsuki no podía apartar los ojos de esa hermosa sonrisa que Izuku les regalaba a sus hijos. Cuanto daría el por qué su amado fuese capaz de sonreír así a su lado, por lo menos solo una vez.

Era verdad que todos los sueños que tuvo de joven ya se habían vuelto realidad, pero, aun así, Katsuki no se sentía satisfecho.

Aún tenía un sueño más por hacer realidad, uno que ya existía desde hace bastante tiempo, pero que recién se profundizo hace sola una semana atrás. Específicamente, desde esa "noche" después de regresar de la ceremonia que realizaron en honor a All Might, tras cumplir cinco años desde su dolorosa partida.

Fue en esa noche que algo en su interior se quebró.

El haber visto a su amado llorar mientras le pedía disculpas por haberle ocultado las cosas y aún temerle, terminó de alguna manera, hiriéndolo profundamente.

No entendía, por qué justamente ahora sentía este malestar en su interior. Nunca antes le importó que el peliverde llorase por cualquier tontería, simplemente lo ignoraba por unas horas y luego se acercaba para demandarle "atención". No obstante, esto último nunca se daba por voluntad propia de Izuku, por lo que Katsuki solía enfadarse y le tenía que hacer entender que era su "obligación".

MALDITO EGOISTA "OMEGAVERSE"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora