𝐂 𝐀 𝐏 Í 𝐓 𝐔 𝐋 𝐎 𝐍 𝐔 𝐄 𝐕 𝐄: 𝐑𝐞𝐜𝐮𝐞𝐫𝐝𝐨𝐬 𝐢𝐧𝐨𝐥𝐯𝐢𝐝𝐚𝐛𝐥𝐞𝐬.
Calista entregó la última mercancía al pueblo y ordenó a sus hombres que entraran de inmediato a su barco al terminar. Lord Krok estaba escondido dentro, esperando alguna señal de sus camaradas.
La noche se acercaba con rapidez, pero no había ninguna señal de Lord Ivar ni de Lord Milo. Calista miraba por todos lados, pero no encontraba rastro alguno de hombres con capucha en camino.
— ¿Estás seguro de que aquellos hombres vendrán? — Calista no estaba convencida de que esos hombres llegarían a tiempo, pero tenía que ser positiva al respecto — Esperaremos un poco más, ¿te parece?
Levi Krok demostraba preocupación sobre aquellos hombres. Él solo asintió, intentando ocultar su miedo. A los ojos de Calista, era solo un niño, ella había tenido hermanos menores, por lo que no le reprochó nada para evitar que Lord Krok se pusiera más ansioso de lo que ya estaba.
La luna resplandecía en la oscuridad, el clima era bueno, una buena señal para navegar y partir de inmediato antes de que el mar se volviera traicionero. Calista estaba a punto de partir, había perdido la esperanza de que aquellos hombres aparecieran a tiempo. Sin embargo, uno de sus hombres a cargo le avisó que a lo lejos se veían dos hombres con capucha que se acercaban al muelle.
— ¡Son ellos! — Gritó con felicidad Lord Krok, provocando que Calista lo hiciera callar para no alertar a los guardias que merodeaban por la noche en el reino.
Los hombres no venían solos, estaban acompañados por una mujer y un hombre. La mujer no tendría más de cincuenta años. Pero el hombre que la acompañaba y cargaba en sus brazos fue reconocido de inmediato por Calista: era el herrero Arlo, lo que significaba que la mujer que llevaba en brazos era la madre de ese hombre. No tardaron en llegar al muelle, donde Calista y Lord Krok los esperaban.
— Sus nombres, por favor — Calista quería confirmar que eran ellos y no impostores. A pesar de la explicación de Lord Krok sobre la lealtad de los hombres a la reina Thyra, tenía que asegurarse.
— Lord Ivar y Lord Milo, venimos acompañados del herrero Arlo y su madre Elaisa — Lord Ivar estaba tranquilo y se quitó la capucha de la cabeza para demostrar su identidad.
Al ver con seguridad que eran los hombres de la reina Thyra, Calista los dejó entrar. Mientras lo hacían, un guardia reconoció a Lord de Dores y alertó a los demás. Se armó un enorme disturbio donde muchas personas inocentes resultaron heridas al cruzarse en su camino. Sin embargo, el navío ya había partido, pero muchos de los navíos de Calista aún estaban atrás. No tuvo más opción que dar órdenes a sus hombres de disparar flechas. Los Lores y sus invitados debían entrar inmediatamente, pero solo uno de ellos, el herrero, siguió las instrucciones para asegurar la seguridad de su madre.
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𝐄𝐋 𝐋𝐄𝐆𝐀𝐃𝐎 𝐃𝐄 𝐒𝐀𝐍𝐆𝐑𝐄 (𝐋𝐈𝐁𝐑𝐎 𝟏)
Fantasy#𝘓𝘪𝘣𝘳𝘰 1 𝘥𝘦 𝘭𝘢 𝘴𝘢𝘨𝘢 𝘥𝘦 𝘌𝘴𝘱𝘢𝘥𝘢𝘴 𝘺 𝘴𝘢𝘯𝘨𝘳𝘦. 𝐒 𝐈 𝐍 𝐎 𝐏 𝐒 𝐈 𝐒: Thyra era la legítima heredera de sus padres, los reyes de las tierras más ricas y prósperas jamás conocidas. Heredera de la fortaleza y sabiduría de su m...