𝕻𝖆𝖗𝖙𝖊 11.

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𝐂 𝐀 𝐏 Í 𝐓 𝐔 𝐋 𝐎  𝐎 𝐍 𝐂 𝐄: 𝐋𝐚 𝐦𝐞𝐫𝐜𝐞𝐧𝐚𝐫𝐢𝐚 𝐫𝐨𝐣𝐚

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𝐂 𝐀 𝐏 Í 𝐓 𝐔 𝐋 𝐎  𝐎 𝐍 𝐂 𝐄: 𝐋𝐚 𝐦𝐞𝐫𝐜𝐞𝐧𝐚𝐫𝐢𝐚 𝐫𝐨𝐣𝐚.


La reina Thyra se dirigió al imponente castillo a cargo de su tío Lord Inder, rodeado de árboles y un gran lago que desafiaba la humedad y el paso del tiempo sin deteriorarse.

Tras permitir que sus invitados disfrutaran de la cena en reconocimiento por su exitosa labor, Thyra debía mantener la mente fría para abordar la situación informada por Lord Ivar Dores. Con la necesidad de analizar estratégicamente la amenaza de su tío el Usurpador, la reina deseaba escuchar las opiniones de sus hombres.

— Milo, si no te importa, ¿podrías repetir las palabras que te comunicó esa mujer, por favor? — Thyra se expresaba con seriedad, su voz ronca y precisa denotaba la gravedad del asunto.

Lord Milo asintió y se levantó de su asiento para compartir con todos los presentes el plan impulsivo del rey Elián:

— El rey, junto con algunas casas, planean atacar Gotav en tres noches con la intención de asesinarte, mi reina.

En pocas palabras, la traición se cernía sobre ellos. A pesar de la falta de astucia estratégica del rey Elián, su habilidad para planear asesinatos no debía subestimarse. Thyra decidió actuar con cautela, aparentando desconocimiento de la información.

— ¿Cuál es tu opinión, Lord Inder? — preguntó Thyra, apoyando sus codos en la mesa.

— Su estilo de combate es brusco y previsible, pero no podrá replantearlo en batalla. Además, nuestras tierras nunca han estado en guerra — explicó Lord Inder, recordando en ese momento a alguien con experiencia en batallas.

A lo largo de los años, una figura se había destacado en el campo de batalla: la mercenaria roja, Calista. Conocida por su habilidad para lidiar con asesinos y garantizar la seguridad de los navíos del reino, Calista se había ganado el respeto y la admiración de su tripulación y del reino.

— Traigan a Calista ante mí, por favor. Dile que me disculpe, pero necesito hablar con ella — Thyra dio la orden a una de las sirvientas.

Conocedora de la historia y la relación complicada con los hombres, la reina sabía que era mejor hablar directamente con su amiga Calista en lugar de enviar a un guardia o a Lord Inder. La situación demandaba la experiencia y la astucia de la mercenaria roja.

Calista llegó a la sala donde todos estaban reunidos. Aunque algunos se pusieron de pie para saludarla por respeto, ella se negó, reservando ese gesto solo para las damas de cuna noble.

— ¿Qué necesitas de mí, majestad? — Calista mostró una sonrisa en su rostro, consciente de lo que la reina Thyra le pediría, pero deseando escucharlo de sus propios labios.

Thyra soltó un suspiro y miró a Calista, solicitando lo que alguna vez anheló de su amiga: pedir ayuda.

— Necesito tu ayuda con estrategias, especialmente para prepararnos para un combate y una guerra — Thyra habló con tranquilidad, observando las reacciones de los presentes. Reconoció que la mayoría sabía pelear individualmente, pero enfrentar una guerra era un desafío diferente, donde miles de hombres y guerreros estarían en juego.

A pesar del apoyo de la mayoría, Thyra notó cierta discrepancia en algunos rostros. Sin embargo, comprendía que la verdad podía ser perturbadora para muchos.

— Me imagino que se refieren a los combates en los que he participado en tierra y mar para defender mis navíos y el reino mismo — Calista era consciente de la brutalidad y crueldad de las batallas, donde la compasión y el honor a menudo quedaban olvidados.

Mencionó cómo muchos hombres mataban por placer o por órdenes, y cómo eso podía afectar su honor y alma.

Al plantear estas cuestiones, Calista puso en perspectiva la brutal realidad de la guerra, donde el honor y la compasión a menudo se perdían en la batalla. Muchos en la mesa tenían dudas, ya que pocos habían matado por placer o por órdenes, a menos que fuera necesario, como en casos de contrabando, esclavitud, asesinato o robo.

Ante la falta de respuesta, Thyra percibió que muchos no estaban mentalmente preparados para lo que se avecinaba. A pesar de la dificultad, ella haría todo lo posible para evitar que los inocentes sufrieran las consecuencias de la guerra.

Antes de que pudiera hablar, Lord Inder y Lord Ivar Dores interrumpieron la conversación, expresando su apoyo y determinación para enfrentar lo que les esperaba en la batalla. Sus palabras conmovieron a muchos presentes, generando tanto desacuerdos como apoyos entre ellos.

— No quiero morir en desgracia; si ese fuera mi destino, no podría enfrentar a mis ancestros con la cabeza en alto. Quiero que me miren con orgullo — declaró Lord Levi Krok, recibiendo el apoyo de Lord Milo.

Las demás casas que respaldaban a la reina Thyra eran lideradas por señores y ancianos que nunca habían experimentado la guerra. Mientras los jóvenes ansiaban demostrar su valentía, los más mayores tenían sus reservas, lo cual era comprensible. Cambiar de opinión de la noche a la mañana no era una opción, pero el tiempo apremiaba y la paciencia escaseaba.

— Agradezco a mis Lores por su valentía y apoyo. Sin embargo, estoy sorprendida por el silencio de las demás casas. Sé perfectamente lo que están arriesgando — Thyra mantuvo una mirada seria, con el ceño fruncido y unos ojos fríos y temerosos que impactaron a muchos, su voz firme disipó cualquier duda — Deben estar preocupados por sus familias. Les juro con mi vida que los protegeré. Si ese usurpador los amenaza, habrá sangre y sufrirá la peor de las muertes, sin salvación divina. Protegeré a sus hijos como si fueran los míos, y a sus esposas como si fueran mi propia madre.

Las poderosas palabras de la reina provocaron un profundo impacto en todos los presentes. Un escalofrío recorrió sus cuerpos, sintiendo tanto miedo como admiración por la determinación de su líder.

— ¡Que vengan y se atrevan a desafiarme! Ni los dioses podrán detenerme si se atreven a ponerme a prueba — concluyó Thyra, sumiendo a la sala en un silencio reverencial donde todos sus leales hombres estaban sentados.

Calista observó a su reina con orgullo, reconociendo en ella a la guía y salvadora de un reino amenazado por el usurpador. Sabía que Thyra sería la luz que iluminaría el camino hacia la victoria y la redención de su amada tierra.

 Sabía que Thyra sería la luz que iluminaría el camino hacia la victoria y la redención de su amada tierra

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𝙿𝚊𝚛𝚝𝚎 11 𝚢𝚊 𝚌𝚘𝚛𝚛𝚎𝚐𝚒𝚍𝚊. 𝙰𝚟í𝚜𝚎𝚗𝚖𝚎 𝚜𝚒 𝚎𝚗𝚌𝚞𝚎𝚗𝚝𝚛𝚊𝚗 𝚞𝚗 𝚎𝚛𝚛𝚘𝚛, 𝚙𝚊𝚛𝚊 𝚌𝚘𝚛𝚛𝚎𝚐𝚒𝚛𝚕𝚘.

𝐄𝐋 𝐋𝐄𝐆𝐀𝐃𝐎 𝐃𝐄 𝐒𝐀𝐍𝐆𝐑𝐄 (𝐋𝐈𝐁𝐑𝐎 𝟏)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora