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Sunghoon le siguió con la mirada hasta que salió del cuarto y solo quedo ahí, sentado en su cama y con la mente en blanco. Habían pasado quince minutos, veinte quizá, no lo sabía con exactitud porque solo había estado viendo un punto fijo en la habitación, pero miró como el rubio entraba con la mirada en el suelo y sus manos apretadas tímidamente.
- ¿Tan malo fue? ó... ¿tal vez demasiado bueno?
- N-ninguna de las dos.
- ¿Entonces...?
- No lo hice.
- ¿Qué dices?
- L-lo intenté, pero no se hacerlo. solo- dejemos el tema aquí, por favor.
Sunghoon frunció el ceño, y Jake lo vio venir, porque conocía a su amigo y sabía que tener orgullo alto y ser terco eran dos de los mejores adjetivos con los que podías describirle.
- No.
- ¿Y qué planeas? ¿encerrarme en el baño hasta que te muestre las evidencias de que hice... eso?
- Ven aquí.-Dijo palmeando el lugar frente a sus piernas estiradas, y Jake realmente quería decirle que no sea idiota y deje de pensar estupideces pero no pudo poner resistencia ante la dura mirada y lo impostada que sonaba su voz.
Caminó tímido y se sentó donde Sunghoon le había indicado, sobresaltándose cuando sintió la mano del pelinegro acariciándole el muslo interno, dificultándole hasta la simple acción de respirar.-N-no creo que sea una b-bue.-Cerro la boca rápidamente para no soltar un gemido cuando la mano quedo sobre su entrepierna, solo ejerciendo su peso y Jake podía jurar que esto no era nada que ver con lo que su madre tanto lo había dicho.
No era asqueroso ni perturbador como ella había dicho y no se estaba sintiendo para nada mal siendo que todavía no había siquiera empezado. El rubio quería gritarle en la cara que estaba equivocada, que lo único que dec-
sus pensamientos se cortaron cuando Sunghoon comenzó a masajear sobre el pantalón y no pudo evitar soltar un ronco gemido desde el fondo de la garganta, tiro la cabeza para atrás, dejándola sobre el hombro de su mejor amigo y apoyándose mas contra el cuerpo contrario, sintiendo algo duro hacer presión en su espalda baja y casi se atraganta con su propia saliva cuando Sunghoon comenzó a dejar pequeños húmedos besos por su cuello simultaneo a el movimiento sobre sus caderas que incrementaba poco a poco en intensidad y velocidad.
Jake estaba en el cielo.
O tal vez en el infierno.
Realmente no le importaba dónde mientras pudiera seguir sintiendo ese cosquilleo en su vientre bajo, el cual se intensificó cuando Sunghoon coló su mano por debajo del pantalón y la ropa interior, haciendo contacto directo con su miembro, piel a piel. Gruñó de placer y empezó a mover sus caderas en busca de más contacto, generando cierta fricción entre su culo y el pene de Sunghoon, que volvió loco a ambos.
-J-joder, eso, mantente h-haciendo eso.-Gruño sobre su oído, y Jake podía jurar que nunca había escuchado la voz de Sunghoon tan grave como ahora, era algo sexi y nuevo. Solo obedeció, y comenzó a hacerlo mas fuerte cuando notó que eso hacía que el otro aumentara la velocidad en la que lo tocaba.
La mano de Sunghoon subía y bajaba rápidamente por el pene del rubio, deteniéndose dolorosa pero placenteramente en el glande y ejerciendo un poco de presión, la suficiente para tener entre sus piernas a un Jake sudado, con la respiración agitada pero rogando por que lo haga venirse.
Dirigió su otra mano debajo de la playera de Jake, frotándolo su mano en su abdomen subiéndola a él pezon izquierdo pellizcando levemente, mientras mantenía simultáneamente su ritmo con la otra. Notando como el abdomen del contrario se contraía con más frecuencia aumentó la velocidad de su mano, dirigiéndose exclusivamente al glande y haciendo círculos rápidamente, sin piedad alguna en el lloriqueo que el otro emitía.
Casi sintió que se correría sin tocarse cuando Jake gimió su nombre mientras eyaculaba sobre su mano. Siguió repartiendo besos desde su mejilla a sus clavículas mientras le daba unos últimos toques a el pene del contrario y alcanzaba con su otra mano el rollo de papel que siempre tiene a mano en caso de necesitarlo para ciertas ocaciones.
Jake respiraba agitado sobre el, incapaz de formular una oración y siendo todavía golpeado por el placer del orgasmo. Sunghoon quería tomarle una foto y guardarla en el fondo de su cajón, solo para él, para poder observar siempre que quisiera lo hermoso que el otro se veía, los ojos cerrados y su cuerpo aun temblando ligeramente, los labios rojos e hinchados de tanto morderlos y el pelo despeinado. Una obra de arte. Sin duda si Da Vinci supiera de su existencia, hubiese matado por nacer en la misma época que Sim Jaeyun y que este le permitiera usarlo de musa, porque lo que los ojos de Sunghoon estaban contemplando en ese preciso momento era lo más lindo que alguna vez había visto.
Limpió suavemente su mano y el pene del contrario para devolverlo bajo su ropa interior.-Gracias...-Susurró mientras abría los ojos, encontrándose con la fija mirada de Sunghoon y sintiéndose repentinamente pequeño frente a él.-Tenias razón.
- Como siempre.
- No lo arruines Hoon.-El mencionado rió, acariciando delicadamente las rubias hebras.-Tengo sueño.
- Entonces vamos a dormir, ya es muy tarde.-Dijo mientras atraía el cuerpo del contrario y los tapaba con su edredón.
Jake cerro los ojos, disfrutando de la sensación del calor ajeno, la suavidad de las sabanas y las nuevas y placenteras experiencias acumulándose en su memoria. Y Sunghoon tenía razón, el nunca elegiría el antes luego de probar el después.
. . .
*o*
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Continuacion de el otro capítulo! Gracias por leer hasta aquí:b
