Compromiso...? ✮ Toll

6.¿Nos divorciamos...?

By Gordon

Intenté hacer lo posible para matar a ese maldito marica, pero al parecer es más difícil de lo que parece.

Necesito más dinero y Bill no ha hecho lo suficiente con lo poco que me "ayudo" la otra vez. Unas firmas no lo hacen todo.

Dicen que los ricos no sabemos nada, pero si no superamos nada ¿Cómo seríamos ricos?

Y el puto sicario no hace bien su trabajo, y creo que es obvio que no le voy a pagar.

Y ahora otro problema que tengo es el estúpido de Deivid, ese maldito viejo que cree que todo es felicidad ahora se encuentra en el hospital. Y es porque el maldito sicario que contrate es un estúpido.

Las órdenes fueron simples, "solo mata a Trümper lo antes posible." Y aún así el muy retrasado no lo hizo.

Recibí una llamada del maldito sicario, quiere se dinero y no se lo voy a dar. Más bien voy a darle su merecido.

—buenas tardes señor, quería saber cuando me va a pagar— dijo al otro lado de la línea.

—sabes que lo hiciste mal ¿Cierto— solo de pudo oír un suspiro.

—digame en qué le falle— ¿y todavía pregunta?

—¡Escucha maldito, te dije que al Trümper más joven! ¡Y dejando eso de lado, ni siquiera lo mataste! Sabes que te va a ir muy mal ¿No?—

—señor... Yo hice lo que me indico, le dispare a "Trümper" nunca me dijo a cual. Deme mi paga, se lo exijo— era escarado el maldito.

—sabes que no lo voy a hacer, será mejor que vengas o buscaré a alguien que lo haga—

—intente ponerme un dedo encima o su maldita familia recibirá un regalo navideño—

—ahora mismo ya no tienes oportunidad de escapar ¡¿Oíste?!—

Silencio. Fue lo único que sonó al otro lado de la línea, me había colgado.

Es imposible que le hagan algo a mi familia, soy un hombre de poder, y ningún sicario pirmeriso podrá contra mi.

En este momento puede que no esté en Alemania ¿Y que más da?

Ese niño intento intumidarme. Pero olvidó con quién hablaba.

Solo un mensaje de texto basto para que mis hombres ya lo estuvieran buscando.

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By Tom

Hace un par de días fui a una reunión que hacen mis amigos todas las semanas. Casi nunca voy pero hoy tenía ganas de ir.

Cuando llegue al parecer nadie se esperaba verme ahí.

—¡¿Tom!?— dijieron algunos sorprendidos.

—¿Me extrañaban?— les dije.

Me acomode en dónde estaban todos, éramos 13 personas, conocía a cada una de ellas, todos nls conocimos cuando íbamos en secundaria. Pero los que eran más cercanos a mi eran Georg y Gustav.

Al finalizar la reunión decidimos ir a alguna cueva nocturna aunque no fuera tan tarde.

—¿Cómo está eso de que te casaste?— me preguntó Georg cuando llegamos a la barra.

—mi padre me obligo, ya sabes— le dije sin tomar importancia.

—¿Y quién es la "afortunada"?— pregunto Gustav entre risas.

—es hombre.— les dije serio pero por poco se me cae el pulmón al ver sus caras.

—¿¡Que!?— dijieron unisono.