Capítulo 11

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Habían pasado ya casi dos semanas después de la coronación. De hecho, mañana me casaría con Thor. Aún no estaba segura, era un buen hombre, un marido casi perfecto, pero yo no le quería. A la familia la había conocido bastante bien en este tiempo, al que más obviamente a Thor. Y cada vez más, asimilaba mi destino.

Pero ahora la lucha que me reconcomía era la de si ir esta noche a los establos a ver a Loki o no. En este tiempo, él me había lanzado bastantes indirectas en las comidas y el hecho de que tuviera mi anillo me incitaba bastante. Al final, opté por ir.

Miré a mi derecha y observé como Thor dormía plácidamente.

--Perdóname.--le susurré a la vez que me levantaba sigilosamente, no pudiendo evitar sentirme culpable.

Tenía la suerte de que mi habitación se encontraba cerca de la entrada. Ahora solo tenía que andar hacia los establos sigilosamente, pendiente de que ningún guardia me descubriese. No me fue difícil llegar a los establos.

Cuando entré, lo vi, acariciando a una preciosa yegua blanca. Yo me quedé observándolo fijamente ya que aún no se había dado cuenta de mi presencia. Pero la yegua gimió al notarme y él se giró.

--Vaya, al parecer el anillo si era más importante de lo que decías.--dijo sacándolo y mostrándolo con orgullo.

--Devuélvemelo.--dije acercándome a él, decidida.

Lo iba a coger, pero como pasó en la biblioteca, él lo volvió a apartar de mi.

--No tan deprisa, ¿o es que creías que no había ninguna finalidad tras esto?

--¿Qué quieres?--pregunté indecisa ante aquellas palabras.

--Así me gusta más.--dijo, mientras empezaba a dar vueltas lentamente a mi alrededor, mirándome fijamente.

Cerré los ojos e intenté relajarme, Loki me ponía muy nerviosa siempre que hablábamos. Noté como se ponía al final detrás mía.

--Date la vuelta.--susurró en mi oído.

Aquello me estimuló. Fue raro. Lentamente, me di la vuelta. Pero nada más girarme, Loki me aprisionaba con sus brazos hacia su cuerpo, impidiéndome hablar por culpa de sus labios. ¿Me estaba, besando?

No, Loki estaba haciendo que bebiera algo. No quería hacerlo, no me fiaba de él. Pero Loki utilizaba ágilmente su lengua para introducir aquel líquido amargo por mi garganta. Por su presión, no me podía mover, no podía hacer nada. Lo único que hacía era cerrar los ojos, esperando a que acabara, mientras aún intentaba luchar con mi lengua por no tomar ese asqueroso líquido.

Al final no tuve más remedio que ceder debido a la fuerza que Loki empezaba a usar en mi, haciendo que aquel líquido llegase por fin a mi estómago. Entonces noté como Loki iba despejando la fuerza de mi cuerpo y aproveché para empezar a forcejear de nuevo. Cuando me soltó, acabe tirada en el suelo del impulso que había dado, tosiendo debido a aquel mal sabor que me había dejado el líquido.

--¿Qué me has dado?--pregunté limpiándome los labios con la manga de mi vestido.

--Tranquila, no es nada malo. Es algo que te ayudará. Te lo prometo.--dijo arrodillándose para mirarme justo a los ojos.

No sabía que decir, no podía quitar sus ojos de los míos y aquello me bloqueaba a la hora de pensar. Entonces Loki cogió mi mano izquierda y con sutileza, pero sin dejar de juntar nuestras miradas, me puso el anillo en el dedo anular. No se porqué, pero esa escena me pareció como si me estuviera pidiendo matrimonio, más aún, por la mirada tan seria y realista que mostraba.

--Tengo que borrar tus recuerdos de esta noche ahora. Pero tranquila, los volverás a recuperar muy pronto.--dijo con una gran sonrisa entre sus labios.

A mi no me dio tiempo a protestar, ya que solo pasar su mano por mi frente, caí en sus brazos, desmayada.

Eres mía (Loki Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora