Una flor de un tímido ✔️

CAPÍTULO 23

Capítulo 23: Repercusiones

Lady Danbury, con expresión severa y autoritaria, se volvió hacia aquellos que habían presenciado la pelea en el jardín, con los ojos encendidos por la curiosidad y la preocupación. Porque ésta era una de las raras ocasiones en las que el duque  mostraba su arrebato. —Exijo una explicación— declaró la leona, su voz cortando los murmullos y susurros que llenaban el aire. —¿Qué ha sucedido aquí? ¿Por qué dos nobles de la alta sociedad han recurrido a un comportamiento tan poco caballeroso para que todo el mundo lo vea?— Agatha exige una respuesta para estar preparada para decirle a la reina una vez que la noticia de que el duque se ha lanzado a una pelea a puños llegue a oídos de la realeza.

Colin, sintiendo el peso del escrutinio de Lady Danbury sobre él, dio un paso adelante con una sensación de inquietud. —Lady Danbury— comenzó el tercer Bridgerton, con la voz teñida de inquietud. —Todo comenzó con Lord Fife.

Lady Danbury frunció el ceño con desagrado mientras escuchaba el relato de Colin. Su desaprobación era evidente en su rostro envejecido y su expresión se volvía más severa a cada momento que pasaba. —Continúa— la instó Agatha con su tono siempre agudo y expectante.

La voz de Colin sonó vacilante mientras relataba los comentarios groseros e inapropiados que se habían hecho sobre Penélope. —Estaba haciendo comentarios despectivos sobre la señorita Featherington, insinuando... cosas que no eran apropiadas para ser dichas en voz alta— Todas las miradas se dirigieron entonces hacia el rostro sucio de Fife, que ahora podía ponerse de pie.

Lady Danbury entrecerró los ojos con desagrado mientras seguía escuchando el relato de Colin, con una desaprobación aún evidente. —¿Y cómo se involucró el duque Debling? —intervino con un tono de preocupación.

Colin tragó saliva nerviosamente, muy consciente de la gravedad de la situación mientras continuaba contando los hechos que habían llevado al altercado. —El duque Debling llegó justo cuando Lord Fife estaba haciendo sus comentarios... Escuchó lo que se decía y... bueno, reaccionó— explicó Colin con un tono de pesar en su voz.

La expresión de Lady Danbury se suavizó ligeramente al asimilar la explicación de Colin, aunque su desaprobación aún no había desaparecido de sus rasgos. —¿Y qué hizo el duque Debling? —insistió, con tono expectante.

Colin dudó un momento y bajó la mirada al suelo mientras relataba el enfrentamiento entre el duque Debling y lord Fife. —Le dio un golpe a Fife y le exigió que se disculpara con la señorita Featherington —admitió, con una voz apenas por encima de un susurro—. Fife no hizo tal cosa y devolvió el golpe al duque.

Lady Danbury frunció el ceño con preocupación mientras procesaba las palabras de Colin, y el peso de la situación se apoderó de sus hombros. —Esto es muy angustiante —murmuró, con un tono cargado de pesar—. Pero supongo que no podemos culpar al duque Debling por defender el honor de la señorita Featherington.

—Lord Fife —le dijo lady Danbury con severidad, entrecerrando los ojos en señal de desaprobación—. ¿Es cierto? ¿Hizo usted comentarios tan despectivos sobre la señorita Featherington?

Lord Fife, visiblemente arrepentido por la atención y el peso de sus acciones, asintió vacilante. —Me... me disculpo, Lady Danbury —admitió, con la voz llena de remordimiento—. No quise hacer daño. Fue una falta de consideración por mi parte.

Un pesado silencio se apoderó del jardín mientras la disculpa de Lord Fife flotaba en el aire, la gravedad de sus palabras calaba entre los invitados reunidos. La expresión de Lady Danbury se suavizó ligeramente mientras lo miraba, su decepción se vio atenuada por una sensación de comprensión.