Una flor de un tímido ✔️

CAPÍTULO 26

Capítulo 26: Secreto revelado

Un día después de que Penélope aceptara la propuesta de matrimonio del  Thomas, ambos fueron vistos paseando por el laberinto del jardín. La pareja era seguida unos pasos por las damas Bridgerton, Violet y su hija Eloise, quienes se aseguraron de que se mantuviera el decoro incluso en medio de la alegre anticipación después de su compromiso público.

El aire estaba impregnado de una sensación de felicidad recién descubierta, la luz del sol filtrándose a través de las hojas proyectaba sombras moteadas en el camino que tenían por delante. La risa de Penélope flotaba en la brisa, mezclándose con las suaves palabras de afecto de Thomas mientras intercambiaban miradas tiernas.

Violet y Eloise, siempre atentas acompañantes, observaban a la pareja con sonrisas cariñosas, con el corazón reconfortado al ver a dos almas unidas en el amor. Compartían la alegría de la pareja, sabiendo que esta unión estaba destinada a traer felicidad y plenitud tanto a Penélope como a Thomas.

Perdidos en el momento, Thomas y Penélope intercambiaron palabras tiernas, sus corazones entrelazados en la promesa de un futuro juntos. Sin embargo, en medio de la dulzura de su conversación, una sombra de aprensión titiló en los rasgos de Penélope, sus pasos vacilaron muy levemente.

Al percibir su inquietud, Thomas aminoró el paso y su mirada se suavizó con preocupación mientras la observaba. —¿Hay algo que te preocupe? —preguntó con voz suave, pero teñida con un dejo de preocupación.

Penélope dudó un momento, con el corazón latiendo con fuerza en su pecho mientras reunía el coraje para hablar. Respiró profundamente y se volvió hacia Thomas, con los ojos llenos de incertidumbre.

—Hay algo que debo decirle, Su excelencia —comenzó, con voz apenas por encima de un susurro—. Algo que temo que pueda cambiar todo entre nosotros.

Thomas frunció el ceño con preocupación y extendió la mano para agarrarla con delicadeza. —Sea lo que sea, puedes confiar en mí —le aseguró el duque con una voz llena de apoyo inquebrantable.

Con un suspiro tembloroso, Penélope se tomó un momento para ordenar sus pensamientos antes de hablar. —Yo... no soy quien crees que soy, Thomas— confesó. Las palabras de Penélope fueron vacilantes pero decididas. —Hay secretos en mi pasado, cosas que he mantenido ocultas a todos por miedo a ser juzgada.

Thomas escuchó en silencio, con una expresión de comprensión inquebrantable. —Sea lo que sea, Penélope, no tienes por qué afrontarlo sola —prometió el duque, y su voz fue un ancla firme en medio de la tormenta de sus temores—. Ahora estamos comprometidos, nos casaremos pronto, tú y yo, y nada de lo que puedas decirme cambiará jamás lo que siento por ti.

—Soy Lady Whistledown. La escritora de chismes anónima que ha mantenido a la alta sociedad en vilo con mis escandalosas revelaciones —confesó Penélope con la voz temblorosa de la emoción. Pronunció sus palabras tan silenciosamente como pudo, solo para que Thomas las oyera, haciendo que los demás que las seguían no se dieran cuenta de lo que estaban hablando.

Los ojos de Thomas se abrieron de sorpresa ante su confesión, pero en lugar de sorpresa o enojo, una sonrisa orgullosa se extendió por sus labios.

—Ya lo sospechaba. Con tu ingenio e inteligencia, me pareció apropiado que fueras tú quien estuviera detrás de la pluma de esa inteligente escritora—admitió Debling con admiración. Cuando volvió a ingresar a la sociedad este año, pudo encontrar algunos números de las columnas de Whistledown y, verdaderamente, se sorprendió por la estructura de los escritos. Quienquiera que estuviera detrás de esa hoja sin duda es alguien muy capaz e inteligente, pensó.