✨️Chimon.✨️
Estoy intentando prestar atención al entrenamiento, y mi mirada sigue el camino de la pelota.
Jimmy la atrapa antes de que entre, lanzándose a un lado.
Eso debe doler.
—Mañana, cuando vaya por Joong, va a detenerme.
—¿Qué pasa si no? —le pregunto estirándome con genuina curiosidad— ¿Vas a salir con él?
—Confío en que Ohm no va a permitirme hacerlo, siempre está preocupándose por mí.
Sí, supongo que tiene la confianza suficiente para no dudar.
Me levanto para alcanzar las galletas que he traído, porque no me dio el tiempo de volver a casa a comer.
Es que quiero ver a Perth todo el tiempo.
—¡Potiwihok, el partido no está en las gradas! —grita el entrenador y volteo a ver a Jimmy— ¡No te desconcentres!
Nuestras miradas se cruzan, y no entiendo.
Creo que estaba mirándome.
—Chimon —me dice Nanon parándose frente a mí— es importante también que hablemos de Perth, yo sé que te gusta…
—Estoy enamorado de él —le informo viendo como su discurso se apaga.
Hace una mueca, seguramente buscando las palabras que va a cambiar.
—Solo quería decirte que últimamente he notado cambios en ti, y espero que él no esté provocándolos.
—No lo hace.
Asiente, mientras el pitido final suena y acomodo mis cosas.
—Voy a quedarme a esperarlo hoy, puedes irte —le aviso y no parece cómodo con lo que escucha.
Tal vez está celoso, porque él no puede hacer lo mismo.
Coloco mis audífonos en mis orejas, esperando que se vaya.
Yo si estoy saliendo con alguien, ya no tengo el mismo tiempo que tenía antes, y no es justo que esté juzgándome por eso.
Agarra su mochila y sale, dejándome ahí.
Mi mirada va a Perth, pero mi sonrisa desaparece, porque se acerca y no parece estar feliz.
—¿Qué estabas haciendo?
—¿Qué?
—¿Tú crees que soy idiota? —me pregunta agarrándome del brazo— ¿Por qué estaba mirándote?
—¿Quieres que yo responda por algo que pasó en la cabeza de otra persona?
—Te he dicho antes que evites ser una zorra.
Bajo la mirada, porque puedo sentir la molestia real que le he causado.
Mi incomodidad crece, porque Jimmy se acerca a las botellas de agua, y nota lo que está pasando.
Me avergüenza un poco que vaya a escucharnos, fue algo tan insignificante, que no entiendo por qué Perth está reclamándome eso.
—Dile que no vuelva a hacerlo —me ordena empujándome y no quiero— o vamos a tener problemas y tú no quieres eso.
Lo haría si realmente algo estuviera incomodándome, pero ha sido solo una mirada.
No quiero esto.
Ruego internamente porque se vaya, para no tener que decirle, pero no ocurre.
—Jimmy —le digo y él me mira.
—¿Sí?
Me sonríe y yo suspiro avergonzado.
Él siempre es amable conmigo.
Es amable con todo el mundo, seguramente no estaba ni mirándome a mí, y voy a quedar como un loco.
—Estoy saliendo con alguien.
Su mirada va a Perth, y me mira de nuevo, asintiendo.
—Lo sé.
—Me incomoda que me mires, podría malinterpretarse.
La mueca de confusión que hace, me confirma que ha sido solo una casualidad.
—Ya no voy a distraerme —me dice asintiendo— entiendo.
Creo que justamente así se siente la humillación.
