29: Persecución y rescate

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Subimos a los caballos y emprendimos galope en dirección al lugar señalado tiempo antes por Hange, Marco iba junto a los superiores en el equino que él mismo había traído, llevando puesto el equipo de maniobras de Hange, el cual le habían dado para que sirviera de más ayuda ya que él sabía cosas que nosotros no. Yo iba junto a mi padre como clara medida de protección de su parte y mi amigo pecoso iba a mi lado.

-aún me pregunto cómo sobreviviste- murmuré, pensativa
-ni siquiera yo lo sé. Lo único que tengo claro es que después de lo que pasó...- su voz se quebró al recordar lo que sea que le había pasado mientras sus ojos se cristalizaban -de repente estaba en un lugar a las afueras de la ciudad, en un campo, y una mujer me llevó con ella y me curó las heridas, de no haber sido porque ella me encontró probablemente no estaría aquí- sonrió tristemente

Mi expresión se contrajo de tristeza y tomé su mano en señal de apoyo, sintiendo la penetrante mirada de Levi, que iba al otro lado de papá, clavarse en mí. Mi padre miró al capitán que en segundos dejó de mirarme a mí y procedió a hacerlo con Marco.

-¿Qué fue lo que te pasó?- quiso saber el comandante
-Reiner, Bertholt y Annie...- suspiró -escuché su conversación, en la cual se entendía claramente que eran unos traidores-
-¿Los tres trabajaban juntos?- pregunté lo obvio, atontada, aún no creyendo que una de mis mejores amigas era una traidora a pesar de haberlo visto ya
-sí...- suspiró, antes de proseguir -el punto es que no creí lo que escuché así que me acerqué a ellos y entonces Reiner le dió la orden a Annie de quitarme el equipo de maniobras y... Y me arrojaron a los titanes- para este punto su voz ya se había vuelto a quebrar y sus ojos a cristalizarse

Todos sabíamos que Marco era de las personas que se encariñaban rápido y con ese trío de traidores le había pasado lo que claramente iba a pasar al descubrir su secreto: se había aferrado tanto a ellos que su cariño casi le cuesta la vida. No tuve tiempo de darle palabras de aliento o hacer otra pregunta, o si quiera sorprenderme por lo descubierto, porque de repente unos rayos amarillos se asomaron de entre los árboles del bosque ya cercano.

-¡Esa fue la transformación de un titán, aceleren el paso y tengan cuidado!- exclamó mi padre

Ví como el titán de Ymir era el que se acercaba a nosotros, haciéndome sonreír.

-¡Espera papá!- grité, mirándolo -¡Es Ymir!-

Muchos sonrieron coreando su nombre y ella vino a nuestro encuentro, pero al llegar se metió a Christa a la boca y se marchó.

-¡Nos engañó!- gritó Jean, furioso -¡Es obvio que trabaja con el enemigo!-

Otros rayos alumbraron desde el bosque y de repente el Titán Acorazado salió de este, corriendo apresuradamente con Ymir en su hombro.

-¡Se están llevando a Eren, sabía que esto no sería sencillo!- exclamó Marco

Mi padre me lanzó una mirada luego de mirar a Levi, en un claro "ve con él" y supe que planeaba algo. Los traidores se alejaron rápidamente del bosque, haciendo que nuestro escuadrón, bajo el mando de Levi, los persiguiera a paso apresurado montando los caballos.

-si mantenemos este paso los alcanzaremos- comentó Jean
-no si el titán eliminara el endurecimiento de sus puntos débiles...- murmuró Armin -no tengo idea de cómo los detendremos- volteó a verme
-lo descubriremos... Vamos, tenemos unos traidores que matar- musité, mi voz quebrada

Los alcanzamos después de un rato, Hannes saltó con el equipo de maniobras tridimensionales en un intento por atacar al Acorazado, el cual se vió interrumpido por el titán de Ymir, que tiró de una de las cuerdas haciéndolo caer.

-no haré excepción contigo, maldita traidora...- murmuré dolida, saltando a hacia ella con el equipo

Mikasa apareció y cortó sus ojos mientras yo llegué a su lado, dispuesta a darle algún golpe letal.

La hija del comandanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora