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JAVON

-No deberían salir si nosotros estamos fuera de la ciudad.-mi madre dijo por enésima vez mientras mi gemelo y yo estábamos sentados en el sillón, aceptando el reto.

-Y si van a salir, avísennos.-agregó mi padre frente a nosotros.

-¿Donde se quedaron si Jack no les contestó?.-mi madre se cruzó de brazos.

-En la casa de una amiga de Javon.-respondió mi gemelo.

-¿Amiga de Wanna?.-mi madre frunció sus cejas.

-No la conoces, es nueva en mi clase.-suspiré.

-Saben que no nos gusta que se queden en casa de gente que no conocemos.-habló mi padre.

-No hay problema con Maddy.-dijo Jaden rápidamente.

-No creemos que haya problema, solo somos precavidos.-ahora agregó mi madre.-Si quieren quedarse en la casa de alguien, debemos conocerlo.

-Está bien.-dijo Jaden mientras yo asentía con mi cabeza.-Maddy podría venir a casa para que la conozcan.

-¿Que?.-fruncí mi rostro viendo a mi gemelo.

-Sería genial, me gustaría conocer a la chica con la amabilidad suficiente para recibirlos en plena madrugada.-habló mi madre.

-Lo mismo digo.-asintió con la cabeza mi padre mientras se sentaba a nuestro lado.

-Está bien.-volví a suspirar.-Debo irme a entrenar.

-Ve.-mi madre acarició mi cabello suavemente y besó mi frente.

A pesar de que nos regañen o aveces hasta nos castiguen, mis padres nunca dejaban de ser cariñosos, siempre tenían el lema de repetirnos cuando pequeños "Estamos enojados con ustedes por lo que hicieron, pero eso no quiere decir que hayamos dejado de amarlos". Eso nos ayudó a establecer vínculos seguros, donde sabíamos que siempre tendríamos el apoyo y el amor incondicional de nuestros padres, independiente de cualquier cosa.

Luego de entrenar me di una ducha fría para la recuperación de mis músculos, y posterior a eso llamé a Maddy para darle la invitación a la cena para que mis padres la conozcan.
Al principio le pareció raro, hasta que le expliqué que era por la manera de ser de ellos y el querer ser precavidos en dónde estaban sus hijos, y sobre todo que la idea inicial había sido de Jaden.

Luego de un rato, Maddy aceptó, me ofrecí en ir a buscarla, pero claramente se negó, dijo que llegaría ella y que solo le enviara la ubicación.

No quise insistirle para no incomodarla, solo acordamos la hora y enseguida le envié la ubicación.

Desde que Maddy y yo nos comenzamos a llevarnos mejor sentía que estaba conociendo a una versión de ella que no muchos tienen la posibilidad de conocer. Una Maddy más amable, más empatica y más dulce. Aunque, sentía que faltaba mucho por descubrir de ella, ya que, aún así sentía que ella ponía un tope en cuánto a lo que manejaba en lo quería que conocieran de ella y que cosas no.

Nunca quise decirle que Thomas me había contado lo de su madre, solo estaba esperando el momento de que ella me lo dijera, cuándo se sintiera preparada, si es que eso llegaba a pasar.

Maddy es como un mundo desconocido, que realmente me incita a querer conocerlo y saber más de ella, pero sabía que eso no se daría ahora, era muy poco el tiempo desde que hicimos las pases, y aún así, me ha sorprendido bastante, de verla siendo completamente molesta conmigo a verla ofrecerme un trozo de su cama para dormir, realmente era algo conmovedor.

La tarde pasó bastante lenta, hasta que llegaron las 19:00 hrs, hora acordada entre Maddy y yo para su llegada.

Iba a llamarla para saber si necesitaba ayuda para llegar, cuando justo recibí un mensaje de ella.

"Estoy afuera" - Anunciaba el mensaje de texto en la pantalla principal de mi teléfono.

Rápidamente bajé las escaleras de la casa hasta la puerta principal para abrirla. Ahí se encontraba ella de pie, traía unos jeans claros que conminaban con un hoddie algo ajustado al cuerpo y un bolso a su costado. Su mirada calló en mi junto a una leve sonrisa algo nerviosa.

-Bienvenida.-me hice a un lado para que pasara al interior de la casa.

-Gracias.-ella mantuvo esa leve sonrisa entrando lentamente como si estuviera siendo cuidadosa.

-Ven por aquí.-le hice una seña con mi cabeza para que me siguiera, a lo que accedió.

Caminamos por el pasillo principal de la casa en dirección hacía la cocina, donde se encontraba mi mamá junto a Daelo.

-Mamá, ella es Maddy.-dije en cuánto aparecí en la sala y vi a mi madre.

Mi mamá se volteó rápidamente con una sonrisa amable que la caracterizaba. Se acercó a Maddy para saludarla con un gran abrazo.

-Así que tú eres la chica que recibió a mis chicos por la madrugada.-dijo mi madre junto a una leve risa y Maddy asintió con su cabeza.-¡Que linda eres!

-Gracias.-Maddy sonrió nerviosa.

-Un gusto Maddy, mi nombre es Jessica.-mi madre la soltó del abrazo pero sin dejar de sonreírle.

Maddy solo sonrió asintiendo, se podía notar el nerviosismo en su rostro.

-¿Comes de todo Maddy? Estoy haciendo lasaña para la cena.-agregó mamá.

-Me encanta la lasaña.-respondió Maddy.-Muchas gracias por invitarme.

-Gracias a ti por recibir a mis chicos, para mi es muy importante conocer a los amigos y amigas de ellos.-dijo mi mamá mientras seguía con la cena.

-El es Daelo, mi hermano menor.-agregué apuntando al pequeño que veía televisión sin enterarse de todo lo que pasaba.

-Daelo.-elevó el tono de voz mi mamá para que mi hermano la oyera.

Daelo volteó a ver y en cuánto vio a Maddy se levantó del sillón para saludar.

-Hola.-Maddy le sonrió.

-Te conozco.-Daelo entrecerró sus ojos y Maddy frunció su rostro.

-Estás loco.-agregué junto a una risa.

-Es enserio, ¿tu vas a los entrenamientos de béisbol?.-Daelo seguía intentando descifrar.

-A los de la liga de menores, sí.-Maddy asintió.-Acompaño a mi hermano pequeño cuando mi padre no puede llevarlo.

-¿Conoces a Thomas?.-pregunté a mi hermano atento.

-¡Claro! Thomas, es un chico muy cool, aunque es menor que yo.-Daelo sonrió.

-Que pequeño es el mundo.-dijo mi madre junto a una pequeña risa.

-Así veo.-agregué yo.-Ven Maddy, te presentaré al resto, están abajo en el gimnasio.

Maddy asintió rápidamente y camino junto a mí.

-Permiso.-dijo ella en un tono bajito.

-Estás en tu casa, linda.-mi mamá respondió amable.

-¿Tienes gimnasio? ¿Tu propio gimnasio en tu casa?.-preguntó Maddy casi en susurro mientras íbamos bajando al sótano.

-Sí.-reí.-Somos bastante deportivos en la familia.

Maddy me observaba atenta hasta que llegamos al núcleo del gimnasio, Jaden ejercitaba sus bíceps con pesas, mi hermana Jayla corría en la trotadora, mientras mi padre ayudaba a Nat, la novia de mi hermana, a entrenar boxeo.

-Ajam.-imité el ruido lo más fuerte que pude llamando la atención de todos.

-Javon, por dios.-Maddy tapó su boca avergonzada al tener la vista de todos en ella.

-¡Maddy!.-Jaden dejó las pesas y se acercó para abrazarla.

-Ella es Maddy, una amiga.-le hablé a todos y uno por uno se acercaron a saludarla amablemente.

Al cabo de un rato, Maddy ya no se encontraba tan nerviosa, mi padre le conversaba sobre cosas sencillas sobre su trabajo como entrenador de boxeo, Jayla por su parte oía atenta y de vez en cuándo decía una que otra cosa para hacer reír a Maddy, mientras Nat y Jaden seguían su entrenamiento.

-¡Esta lista la cena!.-gritó mi madre desde la escalera hacía el gimnasio.

𝐸𝓁 𝓈𝑒𝓃𝓉𝒾𝒹𝑜 𝒹𝑒 𝓁𝒶 𝓋𝒾𝒹𝒶 ~ [𝒥𝒶𝓋𝑜𝓃 𝒲𝒶𝓁𝓉𝑜𝓃]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora