𝐸𝓁 𝓈𝑒𝓃𝓉𝒾𝒹𝑜 𝒹𝑒 𝓁𝒶 𝓋𝒾𝒹𝒶 ~ [𝒥𝒶𝓋𝑜𝓃 𝒲𝒶𝓁𝓉𝑜𝓃]

•48•

MADDY

-No puedo creer que haya pescado esto tan grande Maddy, ¡Es un pescado más grande que mi cabeza!.-gritaba Thomas con emoción haciéndome reír.

Mi abuelo era un experto en la pesca, el y mi madre siempre pescaban, y cuándo llegamos mi hermano y yo a este mundo, también nos unimos a la tradición.

Claramente ese pescado enorme lo había conseguido mi abuelo, pero fingió que era de Thomas para que el pequeño estuviera feliz de haber pescado algo, y que mejor que un pescado tan grande.

Ya íbamos de vuelta a la casa en la camioneta de mi abuelo, Thomas no dejaba de hablar de su gran hazaña, mientras que mi abuelo y yo lo escuchábamos atentos haciéndonos sonreír todo el camino.

En él lapsus de la tarde le envié algunos mensajes a Javon para saber como andaban las cosas con mi abuela, pero no me contestó, lo cuál me pareció algo raro, pero intenté restarle importancia.

-Debo pasar a comprar algo al supermercado, será rápido.-dijo mi abuelo de pronto.-¿Me acompañan?

-Claro.-asentí.

El cielo de la ciudad ya se tornaba anaranjado oscuro, demostrando el transcurso de un atardecer bastante hermoso, el cuál observé con detención a lo largo del camino.

Mi abuelo realmente pasó rápido por el supermercado solo para comprar unas bebidas y una que otra cosa que le había encargado mi abuela.
Luego de eso, finalmente nos dirigimos a casa.

"Ey, ya vamos a casa".-envié otro mensaje a Javon, pero tampoco hubo respuesta.

Suspiré pensando en la llamada telefónica de ayer, el hecho de que le haya dicho a Jayla que yo no me enteraría me hizo pensar cosas malas, no lo negaré. Hoy no quiso acompañarnos a pescar, y ahora no responde mis mensajes. No sabía ni que pensar, solo decidí no tomar en cuenta aquello para no sobre pensar y estallar mi mente con escenarios falsos y muy catastróficos.

-Yo te ayudo a bajar las cosas abuelo, no hagas todo solo.-dije bajándome de la camioneta una vez llegamos a la casa.

Mi abuelo asintió en silencio mientras me pasaba algunas de las bolsas y canastas que llevamos con los implementos para pescar.

Thomas se adelantó para abrirnos la puerta y ayudar a entrar cosas de poco peso.

La casa estaba completamente apagada, niuna luz prendida, me extraño lo suficiente.

-¿La abuela habrá salido con Javon?.-dijo Thomas prendiendo la luz de la sala principal.

-No tengo idea.-dije casi en susurro, mientras comencé a sentir pasos en la escalera a mis espaldas.

Volteé para encontrarme a mi abuela, al parecer venía de su habitación.

-¿Todo bien abuela? ¿Por que está todo apagado?.-fruncí mis cejas.

-Si cariño, yo estaba tomando un descanso en mi habitación.-ella sonrió.

-¿Y Javon?

-¡Oh! el estuvo muy ocupado toda la tarde.-ella rió chistosa mirando hacía el ventanal que daba paso al jardín.

Desvié mi vista hacía allá y en la oscuridad de la casa noté luces titilantes que adornaban el jardín. Automáticamente fruncí el ceño y caminé en dirección al ventanal para salir al aire fresco. Al avanzar, el aroma a esa comida deliciosa me hizo sonreír casi inconscientemente. Podría reconocer ese olor en cualquier lugar del mundo, las pastas que hace mi abuela.

Seguí caminando hasta girar la esquina desde donde venían aquellas luces y ahí estaba él. Javon se encontraba de pie junto a una mesa decorada con velas y rosas rojas, las cuales eran mis favoritas. Javon me observaba con una mirada que brillaba en la luz de la noche, con una mezcla de emoción y nerviosismo.