Décimo quinta carta

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~Ezra.

La llegada de Stephan es un dolor en el trasero, su sentido del humor retorcido y sus chistes malos llevan mi paciencia al límite. Tampoco se aparta de Arsinoe en ningún momento e insiste en ser partícipe de toda conversación. Al menos me alegra saber que no soy el único que piensa eso, Mathew y Joel parecen igual de hartos que yo.

No obstante, a pesar de eso, debo admitir que tiene buenas habilidades. Nos a advertido de múltiples peligros a lo largo de nuestro viaje y ha cumplido su palabra de mantener a los buscadores de su padre lejos de nosotros. Gracias a eso no hemos tenido percances y hemos podido seguir avanzando sin problemas.

—Entonces... —dice—. ¿Su plan es seguir viajando por el bosque?

—Lo que ella quiere es matar a su hermana. —aclaro y Arsinoe me fulmina con la mirada. Stephan se queda inmóvil un momento. No lo sabía.  Todo este tiempo simplemente pensó que la razón por la que ella se unió a nosotros era por que quería ser "libre"—. Ups, mi error. Cómo sea, si ella no puede enfrentarla sola nada nos garantiza que nosotros podamos hacer algo. Necesitamos algo más fuerte.

—¿Tu quieres... Matar a Xandra? —Stephan me ignora por completo y detiene a Arsinoe, que solo desvía la mirada.

—Ella mató a Mika —responde—. La haré pagar por ello.

Puedo sentir el resentimiento en su voz, la frialdad con la que lo dice es bastante seria. No parece ser solo un coraje pasajero, ella va en serio con todo este asunto.

Stephan traga saliva y la suelta, incluso él parece impactado por sus palabras. No, está asustado. ¿Pero de qué? ¿De lo que su gemela es capaz de hacer?

Mathew reconoce las colinas que recorremos, y me pregunta si estoy realmente seguro de lo que estoy haciendo. La verdad es que no, no lo estoy pero a como van avanzando las cosas esto parece ser lo mejor que puedo hacer ahora.

Al caer la noche me mantengo despierto tomando la primera guardia. El viento helado me hace cubrirme con una manta y estirar las manos en dirección al fuego que arde en medio de todos. 

Stephan nuevamente envía un mensaje, con la ayuda de una lechuza negra, que para mí opinión, luce algo aterradora.

Ha estado haciéndolo entre momentos, enviando coordenadas falsas y asegurándose de que no nos sigan

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Ha estado haciéndolo entre momentos, enviando coordenadas falsas y asegurándose de que no nos sigan. Las respuestas que recibe son siempre positivas. Esa confianza que tienen en sus habilidades solo me demuestra que antes no estaba alardeando, su reputación como el mejor rastreador de su familia lo precede.

Por otro lado, Arsinoe se mantiene algo apartada, casi en la cima de la colina contempla el cielo estrellado que se cierne sobre ella.

—Lindo ¿No crees? —se gira sobre su hombro para mirarme cuando me acerco.

—Hacía mucho que no veía un cielo así —admite y se gira de nuevo, me acerco aunque aún manteniendo algo de distancia.

—¿No tienes frío?

Entre cartas de sangre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora