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Advertencia: Escenas de acción dignas de rápidos y furiosos.

Amos.

—¿Quieres saber dónde está tu hijo y Arabella?

Apreté el teléfono al escuchar tales menciones. Pero el hombre que más resonó fue el de Arabella.

Ellos la tenían.

Corrió rápido de mí pero no suficiente de ellos.

Miis emociones batallaron entre sí ante tal hecho. Por un lado la idea de que la tuvieran y le hicieran daño hizo hervir mi sangre, la idea de que pudieran tocarla y no saber exactamente de qué forma era inaguantable, pero por otro lado también había una cruda satisfacción porque la pequeña traidora había huido de la seguridad de mis brazos y cayó en manos de su antiguo prometido y dudaba mucho que el bastardo de Dominic y su historial de mujeres muertas la trataran bien.

Tuve que resistir el impulso de preguntar cómo estaba. La amaba lo suficientemente para esperar que estuviera bien, pero también seguía lo suficientemente enojado para regodearme en la idea de que la estuvieran tratando lo suficientemente mal para que se diera cuenta que huir fue su mayor error. Tal vez así se daría cuenta que no había lugar más seguro que mi lado.

Ellos sabían que había sido mía si no no la hubiesen mencionado junto a Giovanni, pero desvié el tema como si no me hubiese afectado. No me permitiría mostrar debilidad de ninguna forma.

— ¿Quién eres? ¿Cómo conseguiste éste número?

— Seguro ya lo sabes — contestó con una risa — Ahora, es hora del gran movimiento. Te diré cuál es el lugar que buscas, Amos Vitali...

Escuché cada palabra con exactitud y miré hacia el frente mientras las palabras del desconocido entraban a mis oídos, y entre más información lanzaba la confusión y curiosidad por su identidad se vieron opacadas por la diversión. Realmente no sabía si tomarme sus palabras como una mala broma o la ridícula realidad, pero seguía siendo gracioso.

— ¿Crees que creeré eso tan fácilmente? — subí el auto  — ¿Tu y te jefe llevan semanas escondidos y de un momento a otro sólo me revelas su ubicación exacta? ¿Qué planeas exactamente, Shaw Delguri?

— Queremos tu cabeza, Amos Vitali, así como tú quieres la muestra. Me gustan los juegos pero es aburrido cuando sólo una parte juega. Me enteré de lo que le hiciste a la mansión Mizorov, no esperaba menos. Ahora ven y acababa con el resto de ellos, triunfa o muere en el intento.

Colgó dejándome con la palabra en la boca y maldije. De inmediato me entró una llamada de parte de Lorde y contesté.

— ¿Qué sucede?

— Jefe, logré rastrear el área general de dónde se hizo la llamada con Evgeni Mizorov.

— ¿Y entonces?

— No tengo la ubicación exacta, pero la llamada fue recibida desde un área rural de Guatemala.

Me reí sintiendo que los planetas se alineaban por fin. Colgué la llamada sin decir más. — Regresamos a Nueva York — le ordené a Jaz y encendió el auto.

Shaw Delguri.

Saboree el nombre hasta que supo amargo.

El maldito tipo era realmente un dolor de cabeza, más peligroso de lo que me gustaba admitir y el aliado más fuerte de Dominic. ¿De dónde mierda había salido y cómo es que se puso de lado de Dominic?

Aunque era un maldito psicópata. Podía reconocer a uno de ellos con sólo escuchar la voz y él definitivamente lo era. En su tono sólo había diversión, seguridad y confianza. Me había revelado su ubicación, abriendo las puertas de su territorio confiando en que iría para no sobrevivir.

IMPERIO DE CADENAS [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora