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— Tenemos dos botellas de vino — dijo Rebecca con orgullo — y algo de champaña... La misma cosa, probablemente.

— Claro que no lo es, idiota — contestó Freen, sin amabilidad.

Era la víspera de año nuevo.

Las gemelas habían rogado a su madre y a Henry que les dejaran tener una pequeña fiesta. Sus padres habían estado de acuerdo. Ellos habían sido invitados a la fiesta de unos vecinos.

Becky y Freen invitaron a Nam, su única amiga de la escuela y les habían dicho a Vanessa y Madelaine que pasaran por ahí.

Nam puso una botella de vino entre sus piernas e intentó jalar el corcho.

— Yo exijo ésta como mía.

— No puedes exigir una botella — se quejó Becky. — Dámela, estás arruinándolo.

Freen suspiró ruidosamente y alejó el vino de Nam y de Becky. Agarró el sacacorchos y la destapó con facilidad.

— Sólo es mía, no pueden emborracharse ahora.

— ¿Qué te hace pensar que voy a emborracharme? — Becky sonrió dulcemente a su hermana, haciendo que esta sintiera un vacío en el estómago.

— Tú eres un peso ligero — contestó Freen, recobrándose. — En serio, voy a patearles el trasero de aquí a una hora. Y eso es tan jodidamente odioso. — Nam rió.

— Dame un poco.

— Tenemos que esperar a Nessa y Mads — intervino Rebecca. — Dijeron que se pasarían por aquí.

— Dudo que lo hagan — dijo Freen sin ánimos.

Becky hizo una mueca.

— ¿Qué? ¿No soy lo suficientemente divertida para ti? — Tanto Nam como Freen tornaron los ojos

— Vamos a tomar — declaró Nam — de esa botella. — Señaló la que tenía Freen en sus manos, abierta — Si nos embriagamos, nos embriagamos. Ahora sírveme.

Freen no pudo rebatir esa lógica. Sirvió a cada uno en un vaso grande, vaciando la botella. Entonces brindaron y tomaron rápidamente sus bebidas. Freen estaba en lo correcto, todas iban a estar ebrias antes de medianoche.

Para el momento en el que Vanessa y Madelaine aparecieron, justo antes de las once, encontraron a las tres chicas ebrias riéndose tontamente, pasando el tiempo con el Playstation y haciendo llamadas de broma.

— Las niñas de estos días — comentó Vanessa. Ella traía vodka y ron, es decir, alcohol de verdad.

— ¿Esta es una fiesta? — Preguntó Madelaine, sonriendo. — Oh bueno, es mejor que en la que estábamos.

— ¿Dónde estaban? — Quiso saber Freen.

Se sentía muy chiquilla y quería que sus amigas más grandes pensaran que era muy madura; pero con Becky rodando por el piso y a veces terminando en su regazo era algo difícil de lograr.

— Estábamos en la fiesta de mi ex — respondió Vanessa, quitándose el abrigo. — Estaba bien, pero todo el mundo era demasiado...

— Ustedes nos agradan más — terminó de decir, Madelaine.

Becky les sonrió.

— Eso es porque yo soy... Hey, ¿eso es vodka? — Vanessa rió, sentándose en la mesa.

— Sí, es de lo que guardaba Verónica, mi ex — explicó.

— No debimos de haberle robado — comentó Madelaine. — Ella se veía muy bien. — La muchacha canadiense le frunció el ceño.

Don't Tell Mom // FreenbeckyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora