Don't Tell Mom // Freenbecky

18

Becky dejó salir un fuerte gemido, porque podía, y pateó la puerta abierta.

— Ni siquiera tenemos que tener cuidado.

— Lo sé — le dijo Freen, meciéndose suavemente encima de ella. — Podríamos hacerlo en cada jodida habitación, si quisiéramos.

— ¿Incluso en la de mamá? — Preguntó Becky. Sus ojos se ensancharon.

— Bueno, tal vez no en todas las habitaciones — respondió, haciendo una mueca. — Pero, tú sabes, la mayoría.

Becky tomó el lóbulo de la oreja de su hermana y lo chupó un poco entre sus labios.

— Joder, Freenky, joder.

— Sé lo que hay en tu mente — dijo Freen, presionando contra Becky que ambas apretaron sus dientes. — Sin embargo, tenemos que esperar.

— ¿Por qué?

— No sé... Tenemos todo el fin de semana — afirmó Freen, tirando hacia atrás. — Tal vez te canses de hacerlo. Tal vez no seas capaz de soportarlo. — Becky estrechó sus ojos

— Tal vez tú seas la que sea capaz. — Freen se rio, sintiéndose arrogante

— No soy la que está abajo. — La menor gruñó y dominó a su hermana, sujetándola contra el piso otra vez

— Retráctate. — Freen sacudió la cabeza.

— Bien — le contestó, rodando fuera y yendo hacia la cama. — Creo que haré esto sola.

— ¿Qué?

Becky sonrió dulcemente, recostándose sobre el colchón y desabotonando sus jeans. Deslizó lentamente una mano dentro y gimoteó, tocándose ella misma. Freen la observaba fijamente desde el suelo, su boca abierta hasta el suelo.

— Tú sola vas a hacer eso? — Le preguntó Freen.

— Oh... Mmm... sí — respondió, cerrando sus ojos. Ahora ella era quien estaba jugando.

— BecBec, simplemente no puedes... — Becky obviamente podía, gimió más fuerte. — ¡BecBec! — Freen avanzó lentamente hacia la cama y agarró la muñeca de su gemela.

— ¿Vas a hacerlo? — Preguntó con los ojos muy abiertos. Movió sus caderas hacia arriba.

—Sí — contestó casi gruñendo. De repente sentía la necesidad de devorar a Rebecca, tomarla toda. — Voy a hacerlo. — Se inclinó hacia abajo y abrió su boca, succionando el clitoris de su hermana. Becky gimió y se retorció bajo ella. Eso hizo palpitar algo en Freen, el saber que tenía el control, al menos, cuando tenía a Becky debajo suyo.

— ¿Vas a follarme?

— No — respondió. Presionó con más fuerza a Becky, gimiendo, y arrastrando sus caderas a la feminidad de su hermana. — No ahora.

— ¿Por qué no ahora? — Becky dijo haciendo un puchero, ensanchando sus ojos. — ¿No quieres? — Freen gruñó. Por supuesto que quería, había esperado mucho por eso.

— Tal vez — mintió. — Tal vez, no lo sé.

— ¿No lo sabes? — Becky se escabulló fuera del agarre y se puso de pie, abrochando sus jeans. — ¿Freenky?

Freen se encogió de hombros y miró hacia otro lado, haciendo un gran esfuerzo.

— No es tan bueno... — Becky guardó silencio. Freen esperó que reaccionara, que hiciera algo, pero todo lo que escuchó fue un suave sollozo. Freen giró y vio a Becky mirar fijamente en el piso, con los ojos y la nariz roja. — ¿BecBec?