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Becky estaba en las nubes, montando a Freen. Tenía las manos en su pecho y estaba balanceándose contra la feminidad de su hermana. Freen casi se pierde ante la visión de Becky, casi queriendo echarse y mirar a Becky hacer eso, sin embargo...

— Está bien — dijo, con lentitud, agarrando a Becky por la cadera y haciendo que se acostara en la cama.

Rebecca jadeó y gimió, removiéndose y rascando la espalda de Freen, quien le ignoró y le metió sus dedos deprisa, con un ritmo rápido. Los ojos de Becky se pusieron en blanco y gimió tan alto como hacía tiempo que Freen no le escuchaba, más alto de lo que podía recordar.

Freen sonrió, sintiendo como crecía dentro de Becky.

— Mierda, Becky, continúa haciendo eso.

— Eres... Oh, Dios... — Becky gimió de nuevo, agarrando su cabeza. — Freen, se siente increíble, oh Dios mío. Ya lo había olvidado, oh Dios...

Freen presionó todo su cuerpo contra el de Becky, rozando sus pechos juntos. Becky trató de arquearse, trató de moverse con las arremetidas de Freen, pero esta no le dejó, manteniéndole en su lugar con sus fuertes brazos.

— Déjame mover — gimoteó Becky. — Quiero moverme contra ti, Saro.

Freen gimió y puso un poco de espacio entre ellas. Inmediatamente Becky se arqueó tomando muy dentro de su cuerpo a Freen y ambas gimieron. Amaba mucho a Freen para darle todo el control, amaba apasionadamente a Freen dentro de ella y retorciéndose.

Becky trabajó a Freen en su interior y pronto ambas estaban jadeando, frotándose y el clímax acercándose. Freen cogió la cadera de Becky y la llevó más abajo, sentándola completamente, Becky gimoteó y cubrió su rostro con sus manos. Sentía como Freen alcanzaba y tocaba algo dentro de ella que era muy sensible.

Becky suspiró y llegó al orgasmo con facilidad, sacudiéndose hacia delante y agarrando los hombros de Freen. Se corrio con los ojos cerrados mientras estiraba el cuello. Freen jadeó, esparciendo algo de sus fluidos en el estómago de Becky y lo probó. Sonrió a Becky mientras ésta abría mucho los ojos y dejaba salir un sollozo ahogado.

— Córrete, córrete — susurró Becky, pellizcando uno de los pezones de Freen, quien gruño.

Se corrió encima de Becky y luego salió de allí. Becky sonrió y alcanzó la feminidad de Freen, dándole una larga caricia. Freen se estremeció, retrocediendo y dejando salir un suspiro irregular.

— Mierda, eso fue... — Dijo Freen temblorosa, apoyándose en sus codos — la más asombrosa...

— No, no lo fue.

— ... Y jodida cosa — completó Freen.

Rodó en la cama y alcanzó un cigarro. Becky lo encendió por ella y aspiró el primer rastro de humo.

— Ahora estoy hambrienta — susurró Becky, tomando el cigarro de su hermana y fumando, dejando que el humo saliera por su nariz. — Jodidamente hambrienta... Y sedienta también.

Freen tomó el cigarrillo e inhaló.

— Jesús, ni siquiera sé si pueda levantarme.

Becky rió.

— Hemos tenido mejores.

— No es cierto — dijo Freen, botando el humo. — Pude sentir todo bajando hasta la punta de mis pies. — Becky sonrió y besó la barbilla de Freen.

— ¿Y qué tal la vez en la casa de la abuela?

Freen tragó duro ante el recuerdo.

— Bueno, esa fue... — Freen no podía pensar en una palabra para esa vez.

Don't Tell Mom // FreenbeckyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora