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Afuera hacía frío y caía una ligera nieve.

Becky apenas podía ver a través de la ventana nublada. Estaba en el estudio de grabación en Bangkok, trabajando con Zoe, revisando las nuevas letras de su primer álbum en inglés.

— Tu pronunciación todavía necesita un poco de trabajo — dijo Zoe — pero creo que estarás bien.

Becky suspiró, poniendo una mano al costado de su audífono.

— Son mis jodidas "erres". No puedo pronunciarlas, es tan estúpido.

— Te acostumbrarás. — Zoe observó su reloj y frunció el ceño. — Mierda, tengo que encontrarme con mi novia... Ya terminamos por hoy, buen trabajo.

— Voy a quedarme y practicar — masculló Becky, aún observando fijamente las partituras delante suyo. — Buenas noches.

— Ese es el plan. Nos vemos luego. ¡Oh! — Sonrió. — No te veré más tarde. Estarás en las Maldivas en unos días, te veré en un par de semanas.

— Oh, sí — dijo Becky, y una sensación de calidez inundó su estómago. — Dios. Necesito esas jodidas vacaciones.

— Te las mereces. — Zoe miró su reloj nuevamente. — Estoy retrasada. Ten buenas vacaciones. Goodnight.

— Sí — murmuró Becky, concentrándose en su música de nuevo.

Miró fijamente las palabras, reconociéndolas en su cabeza, antes de abrir la boca y, cerrando sus ojos, dejar salir la letra. Su voz resonó en la pequeña habitación y le produjo escalofríos, como siempre que trabajaba en el estudio de grabación. Se sentía en casa, como si nunca se hubiese marchado.

Oyó un irritante golpeteo sobre el vidrio y volteó para ver de qué se trataba. Allí estaba su hermana, sonriéndole abiertamente y sosteniendo su guitarra.

Balbuceó algo, y Becky arrugó el ceño y entrecerró los ojos.

— ¡¿Qué?! — Gritó, y luego se estremeció. El sonido retumbó en sus oídos.

Freen tiró del interruptor, permitiendo al intercomunicador trabajar de ambos lados, y sonrió de nuevo.

— Estás trabajando duro allí dentro.

Becky rodó los ojos.

— Ven aquí. Necesito un poco de música.

Freen entró en la cabina con la guitarra puesta en su espalda, y cerró la puerta detrás de ella.

— No puedes hacerlo sin mí, ¿eh?

— Jódete — replicó Becky, sonriendo. Se ajustó los audífonos y le sacó la lengua. Freen le devolvió la sonrisa, moviéndose hacia delante y capturando la lengua de la otra chica entre sus labios. — ¡Mmph!

Freen chupó la lengua dentro de su propia boca y la besó profundamente haciéndole gemir dentro del beso. Becky movió sus manos sobre la correa de la guitarra de Freen y tiró de ella para atraerla más hacia ella. Freen rió y se tiró hacia atrás.

— Estás juguetona — dijo Freen, ya con ojos oscurecidos por el deseo. — Quieres trabajar en esto o...

— ¿Volver a nuestra habitación? — Preguntó Becky. Freen frotó sus manos, avanzando hacia ella. — Freenky, tengo que practicar. No podemos.

— Mmm, también tengo que practicar un poco — contestó Freen, en voz baja. Besó la mandíbula de Becky, dejando a sus labios vagar sobre el cuello de su gemela, hacia su oído, chupando el lóbulo con su boca.

Becky se derretía por Freen, amando la atención que su hermana le brindaba.

— Freenky, no necesitas ninguna práctica en esto — suspiró. — Freenky...

Don't Tell Mom // FreenbeckyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora