Capítulo 9

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Capítulo 9 | "Falsa calma"

Riley Duncan

Estaba en uno de los palcos del estadio, rodeada de ejecutivos y patrocinadores del equipo, además de algunos de los familiares de mis jugadores, quienes habían viajado hasta San Francisco para observar a los chicos. El equipo rival iniciaba bateando.

El bateador del equipo contrario se colocó delante de Isaac, quien era el catcher de nuestro equipo, quien debía encargarse de atrapar la pelota si el bateador fallaba. Isaac sonrió, bajando un poco su guante mientras sus dedos formaban una pequeña seña hacia Izan, indicándole cómo debía lanzar la pelota.

Izan, el pitcher de nuestro equipo, asintió de manera casi imperceptible, sonriendo, mascando una goma de mascar azul mientras sus ojos evaluaban al bateador, colocándose en posición, ajustando su gorra y finalmente, lanzó.

Strike uno.

La bola iba a una velocidad sorprendente, consiguiendo que, sumando la técnica empleada por Izan, fuera imposible batear.

Lanzó de nuevo, según la seña cambiada de Isaac.

Strike dos.

Y de nuevo.

Strike tres.

Out.

Izan rio ante el enfado del bateador, pero el siguiente bateador si logró avanzar a primera base.

Al terminar la primera entrada, el equipo contrario sumó dos carreras, pero ahora seguía el turno de los Dodgers de Los Angeles, el turno de que mis chicos pudieran darle vuelta al marcador.

Los primeros bateadores no necesariamente son tan potentes en sus bateos, no es necesario, lo que realmente interesa es que sean rápidos, eso facilita el trabajo para los que realmente son bateadores de fuerza, eso ayuda a sumar carreras.

El primero en batear sería Rheese, uno de los bateadores que se caracterizaba más por su velocidad que por su fuerza, que es lo que se necesitaba en el primer y segundo bateador.

Lo logra, Rheese consigue avanzar a primera base.

Le siguió mi hermano, Lucas avanza a primera base luego de marcar un single, consiguiendo a su vez que Rheese avance a segunda base.

Luego vino el turno de Malcom, el tercer bateador.

Siempre se consideraba a estos como los mejores, por la fuerza y potencia que conseguían al batear, consiguiendo mayores probabilidades de marcar un Home Run, consiguiendo que sus compañeros en bases también marcaran carreras.

Malcom acomodó el casco azul en su cabeza, tomó el bate entre sus manos, consiguiendo que los músculos de sus brazos se tensaran, con su mirada ojiazul fija en el pitcher del equipo contrario, nunca había visto su rostro tan concentrado.

Al tercer golpe, luego de un strike y un foul, Malcom logra darle un golpe perfecto a la bola, enviándola directo a home.

Home Run.

El equipo de los Dodgers grita, Malcom corre calmadamente, con una sonrisa resplandeciente en su rostro mientras recorre la línea del corredor, pasando todas las bases mientras Rheese y Lucas también suman carrera.

Su mirada recorre la gradería, como si buscara... como si...

Sus ojos colisionan con los míos en la grada, haciendo que su sonrisa crezca. Se quita su casco, dejando a la vista su cabello negro desordenado, haciendo una reverencia hacia mí.

Home RunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora