Capítulo 6

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Capítulo 6 | "Boxeador"

Riley Duncan

Caminé hasta el maldito bar, porque mi economía no estaba para permitirnos un Uber. Era un bar bastante sofisticado, gritaba dinero por donde quiera que lo observara, había un guardia de seguridad en la entrada, el cual impedía el paso a todas las personas formadas, sin embargo, yo ganaría mi misión fuese como fuese.

Tomé mi tarjeta de empleada de logística de los Dodgers de mi bolso, mostrándola al hombre que sabía que mis chicos estaban dentro, y me dejó pasar sin problema.

No puedo creer que había ingresado a este bar tan bonito sólo para hacer de niñera.

Dirigí mi mirada por todo el salón, el guardia de seguridad en la entrada se comunicó con sus compañeros por una radio, facilitando mi trabajo de encontrar a los chicos, puesto que otro guardia de seguridad me guio hasta la zona VIP, donde se encontraban algunos de los jugadores.

Las joyas del equipo, los causantes del dolor de cabeza constante del entrenador.

Malcom Williams, Izan Harris, Rheese Donovan, Isaac Danvers y Axel Hill.

Caminé decidida hacia ellos. Al llegar a los sofás donde se encontraban, carraspeé. Conseguí inmediatamente la atención de los hombres frente a mí.

Intentaron refutar inmediatamente, sin embargo, al parecer conseguí llamar su atención de otra manera. Los cinco hombres frente a mí recorrieron con lentitud mi cuerpo de pies a cabeza.

Ninguno refutó nada.

— Alguno de ustedes, equipo de idiotas, podría decirme, ¿qué hacen aquí? — crucé mis brazos, molesta, consiguiendo que finalmente se enfocaran en mi rostro — No pueden ingerir bebidas alcohólicas antes de sus juegos.

— Calma, fiera — sonrió Izan — Ninguno está bebiendo alcohol.

— Siéntate con nosotros, Riley — se movió Rheese — Tómate una copa en nuestro honor.

— El entrenador está como loco buscándolos — me quejé, aunque terminé haciendo un pequeño gesto para que me abrieran espacio en el sofá, lo hicieron, así que tomé asiento junto al ojiazul.

— Lo sabemos — se burló Axel.

— ¿Quién crees que puso extra de picante en su comida? — sonrió Isaac.

Que cabrones.

Mi cara de sorpresa sólo consiguió que soltaran a reír.

— Nunca podemos salir en tiempo de temporada — me explicó Axel — No podemos beber, lo sabemos, pero es agradable estar aquí, sin que el entrenador esté gritándonos cada cinco segundos.

— Con la salsa picante, no tiene más opción que quedarse en el hotel — habló Malcom, hablando por primera vez, sonriendo burlón — Aunque, nunca imaginé que su siguiente jugada sería enviarnos a una impresionante pelirroja a buscarnos en su lugar.

Sentí mis mejillas calentarse, sonrojándome a una increíble velocidad. Sonrío nada más notarlo.

Uno de los meseros dejó una margarita frente a mí, ni siquiera me percaté del momento en que Izan me pidió la bebida.

Un recuerdo fugaz de Jackson, las margaritas y nuestro primer beso llegando a mi mente. Sin embargo, no fue triste, solo... nostálgico.

— Entonces, Riley — Rheese sonrió, emocionado — ¿Qué hace una chica como tú trabajando para un equipo de beisbol?

— ¿Una chica como yo? — cuestioné, riendo.

— Ya sabes, creo que cualquier agente de relaciones internaciones preferiría otro trabajo, antes que estar a cargo de todo un desastroso equipo de beisbol.

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