Capitulo 8

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Una vez llegaron a el escondite del clan de espías les ofrecieron ropas y la información necesaria para comenzar con el plan, a la mañana siguiente era hora de que los primeros en ir fueran Sanji y Zoro.

-oye cocinero, ¿ya terminaron de arreglarte?, tenemos que irnos- dijo Zoro mientras tocaba la puerta de la habitación, donde Robin ayudaba a Sanji con los toques finales de su traje, un pequeño error podía arruinar todo.

De la habitación salió primera mente Robin, quien se veía orgulloso de su trabajo ya que una gran sonrisa estaba marcada en su rostro, después de eso salió Snaji quien era todo lo contrario.

Aunque a Sanji le guste vestir elegantemente esa ropa le llevaba malos recuerdos a la cabeza, sin embargo, nadie podía negar que se veía simplemente hermoso, o por lo menos eso fue lo primero que cruzó por la mente de Zoro.

-¿Qué tanto miras, musgo?- mencionó Sanji al notar su mirada.

-te queda bien- dijo Zoro con una sonrisa ladina.

-cállate- Sanji llevaba unos pantalones de vestir negros junto con una elegante camisa blanca y una capa roja, no era nada muy extravagante pero puesto en Sanji parecía prenda de museo.-tu tampoco te vez mal, musgo-

-pues claro, soy yo- Zoro usaba un traje más tradicional, pantalón de vestir,un cinturón para sus espadas, saco negro y una camisa de vestir negra, claramente con los dos primeros botones de la camiseta abiertos para verse más imponente según Nami.

-tch, supongo que un buen traje puede disfrazar a un vagabundo- mencionó Sanji con una sonrisa ladina.

-¿quieres pelear cocinero?- dijo Zoro desenvainando una de sus espadas.

-si, si, luego se coquetean, ahora, ¡vayan a la ceremonia!- interrumpió una Nami completamente molesta y sacándolos de un golpe del lugar.

En cuanto llegaron al castillo se dieron cuenta de la cantidad de personas de la alta sociedad había, esto sería más complicado de lo que pensaban, por suerte el clan de espías había logrado colocar la información de Zoro y Sanji como si fueran invitados justo a tiempo, y la forma de actuar de Sanji era impecable, nadie lo notaría.

Sin querer en una parte del evento, Sanji y otro tipo chocaron hombro mientras pasaban haciendo que aquel otro iniciara un alboroto.

-Lo lamento- se disculpó Sanji en cuanto sintió el impacto.

-Deberías, ¿a caso no sabes quién soy?, deberías de disculparte de rodillas y suplicar mi perdón, maldito inútil- esa palabra, esa maldita palabra, Sanji siempre se paralizaba al oír que alguien le llamaba de esa forma.

-Una persona de la alta sociedad, debería saber actuar con madurez, señor- comentó Zoro apareciendo detrás de aquel tipo, tenía una mirada que daba terror cómo la muerte misma.

-A, s-si, lo l-lamento, me retiro- dijo aquel patan marchándose con la cola entre las patas.

-Tranquilo cocinero, solo son un montón de idiotas con dinero- le susurró al oído a Sanji con una sonrisa intentando regresarle del trance.

-Si, tienes razón- dijo Sanji dedicándole una sonrisa, Zoro no pudo evitar pensar que era algo lindo cuando sonreía.

-¡Su atención por favor!, ¡agradezco mucho que hallan aceptado mi invitación a este evento tan especial!, ¡en esta ocasión habrá una actividad especial!- habló el "Rey" de aquel lugar.

-Así que ese es el rey, según los espías, el debió ser el responsable de la desaparición de aquella chiquilla- mención Zoro.

-No le digas así, su nombre es Kuina, ya te lo repitió muchas veces- dijo Sanji enfadado.

-Cómo sea..., tenemos que obtener más información- no mencionaría ese nombre, no lo haría.

-¡Este año, aremos una competencia!, ¡habrá diferente pruebas por día, cada una enfocado en un punto diferente!, ¡Inteligencia, Fuerza, Elegancia y Confianza!- demonios, no estaban al tanto de esto.

-Así que nos tocará competir- habló Zoro ya entusiasmado.

-Tranquilízate, solo venimos por la señorita, después nos largamos- Sanji no estaba nada feliz con esto.

-¡Y el gran premio será!, ¡una de los más nuevos descubrimientos tecnológicos, el aparato de regeneración del Germán66!- en cuanto aprecio el aparato todos empezaron a aplaudir, menos uno.

-¿Germán66?, n-no puede, ¿pero q-que?- Sanji sentía como toda su sangre se helaba, no podía creerlo,de todas las cosas, ¿por qué?.

-cocinero, ¿estás bien?, contrólate un poco más, ya casi termina esto- dijo Zoro acercándose poco a poco a Sanji, parecía que se desvanecería en cualquier segundo.

-Bueno, sin más que agregar, ¡disfruten de su estancia!- concluyó el rey marchándose de allí.

Todos se retiraron a sus habitaciones asignadas, los invitados y sus guardaespaldas tenían habitaciones vecinas, cada lugar del castillo estaba bastante alejado del otro, era sencillo perderse por allí, así que por si las dudas a Zoro le colocaron un brazalete que le permitía a Sanji saber donde estaba.

Al llegar a su habitación, Zoro dejó las cosas de Sanji a un lado de su cama, como guarda espaldas le había tocado cargar las cosas de ambos, no era mucho y tampoco era problema para Zoro, sin embargo seguía al pendiente de él, hace unos momentos no se veía bien, no lo admitiría pero le preocupaba.

-Gracias musgo, ya puedes irte a descansar- dijo Sanji sentándose en el borde de su cama, otra vez había colocado sus manos en su cabeza, eso no era buena señal.

-¿Qué te ocurre cocinero?- Zoro se sentó a su lado.

-No importa- dijo con voz apagada.

-Si lo hace- dijo Zoro ms serio esta vez.

-Musgo, solo vete-

-¿Es por ese tal Germán?- podía ser peligroso preguntar directa mente, el lo sabía, pero su preocupación por Sanji estaba ganando.

-¡Dije que te fueras!- sin más lo saco de una patada de su habitación, y estrellándolo contra la pared del pasillo.

-Shishishi, ¿¡tan rápido y ya están peleando!?-

-Cállate, Luffy-

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Gracias por leer este capítulo, nos leemos en el siguiente. 👋

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