Capitulo 1

228 18 1
                                    

|_________|

No soy una persona muy peculiar para ser sincera.

Mi madre murió cuando yo tenía 4 años de edad, murió en un accidente automovilístico, en el auto iba solamente ella que perdió el control bajo los efectos del alcohol. El auto se impacto contra un árbol y este termino hecho pedazos.

Mi padre era un hombre común y corriente, era uno de los socios de un empresario, le iba bien, el me crío de la manera como pudo, porque desde ese entonces solamente eramos el y yo.

No tengo recuerdos muy buenos de mi infancia, pero supongo que con mi padre todo era mejor.

Por su trabajo tuve que cuidar desde mi misma desde pequeña. No era facil pero al cumplir 13 años todo era mejor creí.

Evidentemente había sufrido burlas en la escuela de pequeña, llamaban a mi madre borracha, mi padre desde ese entonces andaba en los negocios.

Recuerdo la primera vez que consumi marihuana, ví a unos chicos más grandes que yo, en ese entonces yo tenia 13 años y aquellos chicos tenian 17-18 años, ya los conocia por lo que se decían de ellos, no eran cosas buenas, ese dia iba regresando de la escuela, me quedé mirándolos como una niña estúpida, hasta que se me acercaron.

-Hola pequeña- uno de ellos me saludo.

-Hola- respondí, tosi por el olor tan fuerte que tenían -¿Que es eso?- les pregunté.

-¿Quieres probar?- aquel chico alto hablo mientras se reía con los demás.

Acepte, de alguna manera al principio se sentía horrible, me atasque con el humo, pero sentí una sensación de alivio.

Comencé a drogarme desde los 13 años, por la falta de atención que no tenía en casa.

Pensé que al principio solo serían pocas veces, luego se hicieron rutinarias, cada que me sentía mal lo tenía que consumir. El dinero de la escuela me lo gastaba comprando drogas.

Cuando tenía 14 años mi padre se dió cuenta pero pensó que era solo un chiste, lo único que hizo fue mandarme un psicólogo, eso no me sirvió de nada.

Ahora tenía 15 años, vivía sola en una pequeña casa que mi padre me la había dado. A veces solía venir a verme, pero también me llevaba a sesiones de drogadictos, sabía que el problema con las drogas se estaba apoderando de mi, quise hacer el intento por hacerlo feliz.

[...]

Estaba en la escuela, era receso, no tenía amigos para ser realista, la mayoría sabía lo que consumía.

-Mira- escuché esa voz que me molestaba demasiado -Hace mucho no te veo ______, se ve que te está yendo bien con tus adicciones- escuché su risa junto a sus amigas.

-Miko... Porque no vas y te pierdes de una vez por todas, no hace falta ver tu cara de idiota aquí- la mire enfadada.

Se dejó de reír -Si vamos a hablar de idiotas prefiero empezar por tu madre- me quedé quieta -Es que ¿A quien se le ocurre manejar tomada? Sab..- eso fue todo y la interrumpí.

Me fui contra ella a los golpes, había perdido la cordura, es que de verdad era tan insoportable, no había día en el que no se burlara de mi, pero esto había sido lo suficiente, no iba a aguantar más sus bromas estupidas.

Pude escuchar los gritos de sus amigas y ver cómo los demás hacían un círculo alrededor de nosotros.

-¡Oye! ¡Sueltame maldita loca!- escuché sus gritos.

No le hice caso y la seguí golpeando lo más que pude, una parte de mi no era consiente de lo que estaba sucediendo, pero otra parte de mi quería cerrarle la boca de una vez por todas.

Sentí unas manos en mi cintura que jalaron mi cuerpo haciendo que me separé de Miko, la cual se levantó rápidamente algo mareada.

-Maldita desquiciada- hablo acomodando su uniforme.

-Vete al diablo- hable enojada tratando de volver a golpearla -Lo único que sabes hacer es hablar y hablar pero nunca haces nada, eres una perra- finalicé.

Ella se quedó callada mientras su nariz sangraba y las idiotas de sus amigas la miraban.

Sabía que podría estar en problemas pero me daba igual.

-Ya cálmate- esa voz era de un chico pero no sabía de quién era, solamente sabía que alguien me estaba sosteniendo.

Después sentí como la misma persona me cargó alejándome de los demás, mi mente se quedó en blanco unos segundos hasta que sentí como mis pies tocaron el suelo.

Lo mire y era un chico de cabello largo y negro, con ojos marrones, en mi vida lo había visto.

-¿No me vas a agradecer?- pregunto entre risas.

-Agradecer que, idiota. Ese no era tu problema- hable mirándolo.

-Pero te salve- se apoyó contra la pared -Por cierto, me llamo Baji Keisuke- sonrió.

Lo mire haciendo una cara de confusión.

-Andamos preguntones- le respondí viendo como su rostro cambió.

Detrás de mi escuché unas risas de otros chicos, ahí estaba Chifuyu, a él si lo conocía.

-______ ¿Que te paso?- se acercó a mi con preocupación.

-Hmm... Tuve una pequeña pelea- le respondí.

-Baji ¿Que haces aquí?- Chifuyu le pregunto a aquel chico.

-La salve, pero aquí tu amiga es una enojona que no sabe agradecer nada- me señaló.

-Oye, tu no eres nadie para hablarme así a mi- me acerque a el.

Pero Chifuyu se puso entre nosotros haciendo que no pudiéramos tener ningún contacto.

De alguna manera me calme, pero ese sentimiento de ansiedad hacia que no me concentrará, estaba sentada a lado de los chicos sin decir alguna palabra.

Después recordé que seguramente estaría en problemas por la pelea del patio, pero ella había comenzado, de verdad la detestaba.

Sabía que en el cualquier momento me llamarían a mi o a mi padre, solo esperaba que hasta eso pudiera hablar con él yo primero.
Mi celular empezó a sonar y eso hizo que me asustara, lo mire y era mi padre, Chifuyu y ese tal Baji me miraron.

Suspiré con miedo y conteste.

-Cariño, pasaré a verte está noche, te llevaré algo de comida, es de un restaurante nuevo- escuché su voz.

El alma regreso a mi cuerpo.

-Espero eso con ansias- hable tratando de sonar calmada.

-Bien, no te quito más tiempo, adiós- la llamada finalizó.

_____________________________________________

Está historia va a ser diferente, es un poco más explícita y con temas serios, se los digo antes de comenzar.

Nos vemos en el próximo capítulo

Lxs quiero mucho ❤️

Relaciones Posteriores 🔞 (Baji Keisuke)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora