•Baji Keisuke•
Renuncie a Toman, me uni a Valhalla.
Fue una decisión algo difícil, después de golpear a Takemichi cuando él había golpeado a Kisaki, entendía su coraje, pero tenía un plan en mente, sabía que el traidor era Kisaki, maldito mentiroso.
Una parte también era por Kazutora, seguro ya había salido de aquel lugar.
A pesar de la amistad tan buena que tenía con Chifuyu tampoco lo quería meter en este tipo de problemas, no era su asunto, esto era cosa mía para demostrarle a los demás de quién en realidad era Kisaki.
Desde ese día evite a Chifuyu de todas las maneras posibles, cambié de actitud con todos los demás, incluso con ________, esto tampoco era su asunto, pero una parte de mi a pesar de amarla de la manera como lo hacía, veía el desinterés en ella y quizás solamente estuviera jugando conmigo.
Lo mejor sería alejarme de ella, después de todo a ella parecía no importarle nada acerca de nosotros, si yo no le hablaba o buscaba ella tampoco lo hacía.
Sabía lo de su adicción pero a pesar de querer ayudarla ella no se dejaba.
Sería mejor dejarla de molestar... Eso pensé.
Pero cuando salí de casa en la noche a dar una vuelta en la motocicleta para despejar mi mente, de alguna manera termine en la puerta de su casa, la mire unos minutos sin saber que decir, después de todo, a ella tampoco le había hablado un par de días después de lo sucedido.
Fruncí el ceño y apreté mis puños ¿Que carajos estaba haciendo? Ni si quiera debería buscarla, pero cuando pensé en irme y dar la vuelta de regreso a casa me sorprendió que la puerta se abrió sin más, dejando ver a ella a un lado. Y pensé en irme y no darle importancia, me di la vuelta para empezar a caminar e irme, estaba bien con solo mirarla.
Tal y como pensé, a ella no le importaba eso... Eso pensé, hasta que la en frente de mi, ella parecía estar ¿Confundida? Estaba vestida solamente con una pijama, un pantalón suelto y una blusa de tirantes dejando ver algo de sus pechos...
—¿Que sucede contigo?— ella fue la primera en hablar a lo cual la mire alzando una ceja.
—Nada que te importe, ya me iba— dije tratando de pasar a su lado pero ella estiró su brazo y no me moví.
—Entra a la casa— hablo a lo cual me molestó un poco.
—Ni creas que lo haré, hasta a un lado mejor— hablé en un tono serio.
Pude ver que algunos cabellos estaban en su rostro y sus ojos lilas estaban dilatados ¿Había consumido?
La mire curioso pero no era de mi incumbencia.
—¡Entra a la casa, deja de ser tan terco Keisuke!— alzó la voz lo cual me disgusto, aunque jamás la había visto así.
Lo pensé unos segundos y la mire al rostro pero ella no cambió esa expresión de molestia que tenía, hice una mueca y me dí la vuelta para caminar hacia la puerta de su casa y entrar, hacia algo de frío para que esté vestida de esa manera.
Escuché que cerró la puerta y sin pensarlo fui hacia su habitación, desde la vez que dormimos juntos no había sucedido nada.