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Dormí en la banca de un parque, realmente hacía demasiado frío pero prefería eso a tener que volver a ver la cara de ese idiota.
No tenía ni dinero ni nada, no tenia opción.
Cuando amaneció sentía un cansancio extremo, aún era muy temprano, claro que no iba a asistir a clases.
¿Se habrá ido de mi casa? Pensé mientras veía a los edificios cerca del parque.
La respuesta la tendría una vez que vaya a casa, por lo que me levanté de la banca y sacudí mi ropa, algo cansada comencé a caminar en dirección hacia donde se encontraba mi casa, en el trayecto no podía pensar claro, lo único que se venía a mi mente fueron los recuerdos de mi madre, aquel sueño seguía atormentandome.
Me detuve unas cuadras antes de llegar a la casa, la mire atentamente antes de seguir, parecía estar todo en orden, al llegar no escuché ningún ruido por lo que saque las llaves de mi bolsillo y entre, mire que todo estaba tal y como lo deje.
Cerré la puerta detrás de mi, con cuidado me dirigí a mi habitación, no había nadie.
Que alivio, pensé.
Segui a pasos cortos hasta llegar a la cama, me recosté y me cobije, el sueño rápidamente llegó a mi, realmente había sido incómodo permanecer toda la noche y la madrugada en aquella banca.
Hasta el punto de quedarme profundamente dormida sin importar que llamarían de la escuela a mi padre para preguntar.
Después le inventaria algo.
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Escuchaba el sonido de unos golpes, aún estando algo adormecida pensé que solamente estaba soñando, hasta que los golpes en la puerta se hicieron más fuertes, me destapé y mire el reloj en la pared, ya era demasiado tarde, me levanté al ver que los golpes no iban a parar, incluso el timbre había comenzado a sonar.
Me levanté con algo de prisa y camine rápidamente hasta la puerta, la abrí y era Chifuyu.
—¿Por qué tanta insistencia?— lo mire confundida.
—_______, es Baji...— hablo algo triste.
—No me importa nada relacionado con ese idiota— respondí seria.
Chifuyu puso una cara de confusión, nos miramos por unos cuantos segundos hasta que hablo nuevamente.
—¿Paso algo... Entre ustedes?— pregunto algo dudoso.
—Nada importante— respondí.
Chifuyu nego con la cabeza.
—El tema es que, debes ayudarme a detenerlo... Realmente la situación con Toman y la otra pandilla está en serios problemas— habló —Intente hablar con Baji pero lo único que hace es evitarme y hacer como si yo no existiera—
—Chifuyu, vuelvo a repetir, esos no son mis problemas, yo no tengo nada que ver con Baji y tampoco me interesa nada que tenga que ver con él— murmuré enojada —Si tanto te urge pide ayuda a los demás de Toman, se supone que son una familia ¿No es así?...— me quedé helada cuando ví el auto de mi padre estacionarse, no se porque presentía que algo malo iba a pasar en cuanto ví su cara de enojado —Chifuyu, vete por favor...— murmuré sin quitar la mirada de mi padre.
