Para que tengan una idea de cómo más o menos es la Rayis, es como la imagen de arriba <3
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-Claro que no te voy a volver a ayudar- respondí mientras caminaba hacia mi salón.
-Dijiste que me ibas a ayudar- habló Keisuke detrás de mi, pare de caminar y gire a verlo.
-Si pero no tenías porque besarme- lo mire esperando su respuesta.
-Era para que recuerdes lo que sucedió aquella noche- respondió y yo abrí los ojos sorprendida -Entonces si lo recuerdas...- sonrió victorioso.
-Jodete- le dije antes de darme la vuelta y seguir caminando.
Estaba algo confundida, si bien es cierto lo que había ocurrido me tomo por sorpresa, pero tampoco iba a negar que no me había gustado porque de lo contrario hubiera alejado a Keisuke de mi, pero nunca lo hice.
Creo que empezaba a agradarme su compañía.Entre al salón y saque mis cosas poniendolas sobre la mesa. Que clase para más aburrida tendría ahora.
La profesora entro como si nada junto con su maletín, en cuanto la saludamos lo primero que hizo fue sacar su marcador y comenzar a poner ejercicios en el pizarrón, parecía que nunca se cansaba de hacer lo mismo, después de todo ella creía que entre más práctica aprenderíamos más, en parte tenía razón pero era agobiante.
Era la clase de química, al terminar de llenar ejercicios separados para cada proceso, comenzó a nombrar a los demás para que pasaran.
Lo único que hacía yo era copiar tratando de no prestarle atención, mi pierna debajo de la mesa comenzó a tiritar un poco, era algo común en mi, pero no dejaba que me concentre.
Después de mucho tiempo las clases habían terminado, sentí un alivio enorme.
Tome mis cosas y las guarde en la mochila, por suerte hoy no había dejado tarea, que milagro pensé.
Salí a un paso normal de la escuela, por suerte no me tope con Keisuke.
Iba caminando hacia casa, no me demoraría mucho por suerte, me sentía demasiado cansada, quería solamente llegar a dormir, mi antebrazo estaba cubriendo mi rostro del sol, hasta que me canse y segui caminando normalmente.
En lo poco que faltaba para llegar busque las llaves en mi mochila, cuando llegue abrí rápidamente la puerta de la casa, entre y dejé mi mochila en el sillón, deje mis zapatos en la entrada y colgué las llaves a un lado de la puerta, eso lo hacía para no perderlas, la casa estaba algo fría y refrescante lo cual hizo que con más razón tuviera sueño.
Bebi un vaso de agua y fui directamente a mi habitación, no me moleste en quitarme el uniforme, simplemente me acosté en la cama cubriendome con una cobija delgada.
Se sentía tan bien dormir, era como desaparecer un instante de este infierno.Cerré los ojos y me quedé dormida.
[...]
-¿Me extrañas?- era la voz de mi madre pero no sabía de dónde provenía.
Estaba en un cuarto oscuro sin salida por más que mirada a mi alrededor no lograba encontrar nada y mucho menos verla a ella, empecé a sentir desesperación cuando su voz volvía a repetir lo mismo "¿Me extrañas?" una y otra vez, pero cada vez lo decía más fuerza.
Hasta que aquel lugar tomo un color anaranjado y rojo, instantáneamente mire a mi alrededor y mi alma abandono mi cuerpo, no entendía lo que sucedía, hasta que el lugar comenzó a arder en llamas, de pronto lo único que vi fue un auto que apareció de la nada, lo reconocí, era el auto de mamá.