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—Hola... Pasa— saludé a mi padre mientras me hacía a un lado para que entrara a la casa.
—Mira lo que traje— dejó las cosas en la mesa muestras las sacaba con cuidado.
Cerré la puerta y fui con mi padre, lo mire algo curiosa viendo que había traído.
—¿Comida china?— pregunté con una sonrisa.
—Oh si... Es muy buena— dijo mientras me entregaba lo que era mi comida.
Me senté esperando a que el terminara de sacar las cosas, se sentó a mi lado.
—Nada mal— murmuré después de haber probado la comida.
El sonrió y empezamos a comer en silencio, había algo de ruido por la televisión que estaba encendida.
La comida sabía muy bien, aunque estaba esperando a que el mencionara algo de lo sucedido en la escuela.
Pero lo raro fue que en la escuela no me mandaron a llamar, supongo que Miko no dijo nada y yo tampoco, me quedé callada.Al terminar de comer recogí todo y lo tire a la basura, lave mis manos y le lleve algo de jugo a mi padre para volver a la mesa con él.
—¿Has asistido a las sesiones?— pregunto con la mirada sobre mi.
Suspiré y asentí con una sonrisa —El sábado tengo que ir otra vez... Me va bien— murmuré.
Él acaricio mi rostro con delicadeza —Sabes que puedes contarme cualquier cosa—
Yo solamente asentí, se sentía bien pasar tiempo con mi padre después de mucho tiempo.
—¿Vemos una película?— pregunté apuntando a la televisión.
—Pero que sea una de miedo— comenzó a reír e imite su gesto.
Nos dirigimos al sillón para ver la película, buscamos un buen rato hasta que encontramos una.
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Estaba en clases, aunque ni si quiera estábamos haciendo algo, supuestamente el maestro solamente tenía que pasar notas, nos pidió que no hicieron ruido.
Me quedé sentada en silencio, cuando ví a Miko no decía nada, seguía con su actitud igual solo que lo raro fue que no me dirigiera la palabra, si cruzabamos miradas ella se apartaba rápidamente.
Por suerte tenía un libro para no matarme del aburrimiento.
El timbre sonó y el profesor salió con sus cosas, iba a salir a comer algo quizás...
Para mí mala suerte cuando salí choque con alguien, otra vez el molestoso chico de ayer, ese tal Baji Keisuke.
Lo mire confundida a lo cual el hizo lo mismo.
—¿Vas a comer?— pregunto él.
—Aja... ¿Se te perdió algo?— pregunté porque no dejaba de mirarme.
—Vamos, tengo algo para tí— hizo un gesto con su cabeza señalando el pasillo para que empezará a caminar, obviamente no lo hice.