22 | Una petición y un encuentro extraño

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Miré la hoja de mis escritos con atención.

Tenía señalado con tachuelas los puntos referentes y más extraños de este colegio, junto a hechos que, según yo, podrían ser útiles. El pasadizo secreto en la Sala Común, por ejemplo, era uno de los lugares más cuestionables. No podía dejar de preguntarme qué hacía que quisiera continuar investigándolo. Mi mente no terminaba de creerle al profesor Lenno.

Moví una tachuela a la esquina, donde estaba el volumen que no tenía completa la información del colegio y las joyas que vimos con Frederick allá abajo. Con respecto a los collares de Carlos, José Daniel y Fernanda, no sabía si ponerlos o considerarlos como parte de mis datos. Ese tema aún no estaba resuelto y no podía afirmar una suposición.

Pero, estaba de igual manera el detalle de ese cántico que mencionó Frederick...

Sé que dije que eso era imposible y que posiblemente se tomó algo que lo hizo imaginarse cosas, pero no fue solo una vez. Frederick llevaba semanas escuchando aquel cántico por las noches y las pisadas en el techo. Recién anteayer me dijo que ya no lo escuchaba, lo que me llevó a pensar en la razón del por qué no pude escucharlos como él.

Sus amigos no le creían y le decían que estaba loco, pero yo, por alguna razón, y a pesar de que al principio no lo hacía, le empecé a creer. Es que no era normal verlo asustado o que me llamara todas las noches. En serio, ¿Un cántico?, ¿Pero de qué tipo, y por qué solo él lo escuchaba?

Mordí mi lengua y tumbé mi cabeza sobre la mesa. ¿Loco él? Quizá yo también me estaba volviendo loca.

—Ivanna.—Aylin pasó su mano delante de mis ojos. Estaba en la sala de arte con ella, Débora y Adrián, y por poco se me olvidaba que me encontraba con ellos. Guardé todo lo que hacía en mi mochila y me volteé lentamente hacia los tres, quienes me miraban confundidos—. ¿Qué estás haciendo?

—Solo... estudiando matemáticas para el próximo aporte. —respondí con la actitud más normal que pude tener en ese momento.

—¡Me olvidé de ese aporte! .—Adrián se tiró al piso y se hizo bolita, para después comenzar a balancearse de atrás hacia adelante. Débora, Aylin y yo pusimos los ojos en blanco. Algo en mi interior decía que le valían madres sus notas, pero hacía esa clase de drama para que nosotras pensáramos lo contrario.

—Cambiando de tema. —Débora me miró, poniéndose una mano en su cintura mientras se inclinaba levemente a la derecha, sonriendo nuevamente—, ¿Viste el nuevo video que Violetta subió a TikTok?

—¿Uh? .—me desinflé—. ¿Qué video?

—El que se hizo viral. —respondió Aylin, con un encogimiento de hombros.

Abrí mis ojos como platos y me levanté del piso, apuntándolas con mis dedos mientras mi mochila se caía de mi espalda. ¿Video que se hizo viral?, ¡¿De qué estaban hablando y por qué recién me entero?!

—¡¿Qué video se hizo viral?!

—Se nota que no ves TikTok. —Adrián bufó mientras se enderezaba.

Gruñí. No era mi culpa que no me gustasen las redes. Que me digan cualquier cosa, pero no por eso yo voy a pasar dentro de esas aplicaciones que no tienen nada de interesante, al menos para mí.

—Mira. —Aylin puso el celular a unos centímetros de mi cara, casi tirándolo. Hice mi cabeza levemente hacia atrás al tiempo que acomodaba mis lentes rosas y miraba atentamente la pantalla.

Rumania High SchoolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora