13 | EL YIN Y EL YANG O ¿EL YANG Y EL YIN?

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EMMA

El ambiente en la salita del hospital estaba cargado de una mezcla de nerviosismo y alivio. Me encontraba sentada en una silla mientras Taylor permanecía de pie cerca de la puerta, con los brazos cruzados, observando cómo el doctor terminaba de revisar las últimas notas en su expediente.

—Todo está en orden, Emma —dijo el doctor con una sonrisa tranquilizadora, cerrando la carpeta y mirándola con amabilidad.

Solte un suspiro de alivio que hizo eco en la habitación. Mis labios se curvaron en una pequeña sonrisa, y de inmediato sinte una oleada de agradecimiento hacia Taylor. Sin su explicación respecto a lo que verdaderamente pasó, probablemente habría estado mucho más confundida.

—Me alegra escuchar eso, doctor —respondí, con la voz un poco más relajada—. Y gracias a ti, Taylor, por explicarme todo lo que pasó... Al parecer no pasó nada fuera de lo normal—, murmuré refiriéndome a que no sabía exactamente el porqué de su presencia en mi cama esa noche.

Ahora recordaba mejor, ese "no me dejes sola Taylor" no era para malinterpretar.

Recuerdo:

El excesivo olor a menta me hizo estremecer y abrí los ojos de un tirón. Cuando lo hice me encontré cara a cara con Taylor; se notaba algo preocupado y alegre al verme despertar.

—¿Cómo te sientes?— , pregunto rápidamente—.

—Me siento bien solo que algo ¿cansada?—, dije sin saber que pasaba.

Mire a mi alrededor, estábamos en mi habitación; le reste importancia a todo, tome mis sábanas y me arrope de pies a cabeza.

—Déjame descansar—.

—Va, yo ya me voy; cualquier cosa me escribes u me llamas—, dijo—.

Al escuchar eso una necesidad surgió en mi, tenía ¿miedo? Pero ¿a qué? Yo ya estaba acostumbrada a estar sola en casa; en eso rápidamente le agarré del brazo captando toda su atención. Por unos segundos todo a nuestro alrededor desapareció y solo éramos el y yo mirándonos fijamente a los ojos.

—¿Qué pasa?—

—No me dejes sola Taylor—.

El me observo extrañado, como si estuviera analizando algo; en ese milisegundo pude detallarlo mejor su pelo estaba más desorganizado de lo normal, sus ojos serenos de color azul, contrastaban a la perfección con él ambiente.

—Está bien me quedaré—, zafó de mi agarré que no era muy fuerte—¿puede ser allí—, señaló el sofá favorito de Odette.

—Dale, ¿por que no te quedas acá?—, di un toquecito a mi lado en la cama; estaba adormilada y me sentía cansada.

Lo último que recuerdo es a Taylor apagar las luces para luego dirigirse hacia donde la había indicado; se sentó a mi lado y me aseguró que no se haría hasta el amanecer.

️☯️☯️☯️

—Basado en mi experiencia con estos casos, que de echo son pocos —añadió el doctor, sacándome de mis recuerdos—, no creo que los detergentes tengan mucho que ver con tu desmayo.

fruncí el ceño, confundida.

—¿Entonces qué lo causó?

—Es posible que tu ritmo cardíaco se acelerara demasiado rápido en un corto período de tiempo, lo que provocó que te desmayaras.

NO SON EL UNO PARA EL OTRO || EN PROCESODonde viven las historias. Descúbrelo ahora