11 | UN DIA FORMIDABLE

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EMMA BEYCKER

-¿Y los demás?-, pregunto mientras tomo asiento-.

Este me observo con serenidad; vestía un traje azul oscuro elegante, uno que seguramente planeaba lucir ante su esposa, pero que al parecer no se iba a poder.

-Creo que ya sabes la respuesta-, dijo, casi en un susurro-. La verdad es que ya había perdido las esperanzas de que alguno apareciera-.

-¡Vamos! Quita esa cara de tristeza-, hice pucheros-¿Acaso no ves que tú princesita si llego-. ,K.

-Y bueno papá- indague-, ¿Se puede saber el motivo de esta reunión?

-¿Acaso Vaner Beycker no puede pasar tiempo con su familia?-, subió un poco el tono.

Pues, hace mucho tiempo que no nos citaba, a solas; me refiero a su esposa y sus dos hijos. La verdad es que no era algo por lo que preocuparse mucho, pero era ¿raro?

-A ver Pah, ¿Pasa algo que quieras contarme?-, subi tambien el tono-.

-¿Cuando mi Emma creció tanto?-, empezó a delirar, para luego tomar un sorbo de agua-.

-¡Papá!

-No puedo ni recordar la última vez que te sostuve en mis brazos-.

-PAPÁ-

-¡Mira, no pasa nada!-, se froto la cara, en un acto de frustración-, solo les he pedido un simple rato en familia; y apareces tú, que al parecer tampoco tenías intenciones de venir.

Eso era cierto, no tenia planes de asistir a este encuentro "familiar"; le había pedido a Ben (nuestro conductor personal), que me llevará al hospital privado "Good salt" y como ví que estaba a unos giros de la ubicación que nos había enviado mi padre, decidí ver si pasaba algo en particular.

-¿Y esto a qué se debe?-, extendí mi brazo hasta su agua y tome un sorbo con confianza-.

-Verás-, dijo acomodándose el cuello de su traje-.

Sabía que se venía una de esas pequeñas cosas que le pasaban en el trabajo. De pequeña cuando el llegaba del trabajo yo iba corriendo a acomodar sus zapatos y luego me sentaba a observarle, esperando a que me contase, lo torpes que habían sido sus empleados el día de hoy. Papá con mucha gracia se acomodaba el cuello de su camisa u se frotaba el bigote; con uno de esos movimientos yo ya sabía que contaría algo bueno.

Mi visita tendrá que esperar, quiero por lo menos hoy que Danna y Scott le han fallado, no hacerlo yo también. Quiero demostrarle que aún puedo ser esa niña que se interesa por sus relatos.

-Espera-, le hice un Stop con la mano derecha-.

Le hice una seña al mesero, de que se acercara a nosotros, mi padre observo lo que hacía.

-Si señorita-.

-Traeme unos de estos-, señale en el menú-.

Habia señalado unos panqueques, rellenos de chocolate y rodeados de miel, con unas dos fresas de coronilla. Muy excesivo en azúcar la verdad, pero era lo que me preparaba mi padre en esas noches de berrinches. Vaner me miró fijamente, juraría que se le habían aguado los ojos; solo compartimos una sonrisa tierna de padre a hija.

-Lo mismo-, pidió.

El mesero se fue, seguido de eso le avisé a papá que podía continuar.

-¿Recuerdas a Ralph?-, asentí-, hoy temprano a entrado agitado a mi oficina; habia amanecido trabajando y ya había terminado. Algo avergonzado me ha pedido que por favor le regalará este día para pasarlo con su familia. Me conmovió su petición, así que dije para mis adentros "Ralph no es el único con familia en estas empresas", así que luego de pensarlo un rato y calcular que teníamos la creación suficiente para abastecer los envíos por este fin de semana. Les regale a todos mis empleados un fin de semana largo, sin afectar su sueldo. Ya sabes: Viernes, Sábado, Domingo y Lunes.

NO SON EL UNO PARA EL OTRO || EN PROCESODonde viven las historias. Descúbrelo ahora