10 | UNA NOCHE INESPERADAMENTE INTENSA

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EMMA

Salgo muy relajada del cuarto de baño; los baños calientes enfrían el alma. Seco mi pelo con una de las toallitas que cuelgan de la puerta; creo que lo mejor será hacerme un moño simple con ayuda de una gancheta.

Me pongo mi pijama favorita, está es azul cielo, con nubecitas, cuenta con una blusita de Pequeñas mangas y un pantaloncito corto.

Me tiró en mi cama para encender la tv, hace días que no me siento tan relajada. El pitido de mi teléfono me saca de mi relajación, vuelve a emitir sonido y de una me acerco a ver de que se trata.

Desconocido
Hola, soy Taylor.

Kimy me ha dicho que estabas en casa y aproveché para traerte algo; ¿Podrías bajar a recogerlo?

Madre mía, esperaba de todo menos a qué Taylor me escribiera. Bueno ha de traerme algo por mandado de mi padre. Observé sigilosamente por una de las ventanas de cristal y ahí estaba, aunque solo pude ver su pelo desordenado no cabía duda de que era el.

Yo🌸✨

Va.

Se que quizás esta sea la última vez que me escriba, pero no estaba de más agregarlo: -Mister Yeso-. Me dirigí hacía la salida de la habitación.

Caminé por los pasillos tarareando la canción de un comercial de ropas interiores sin pena alguna, después de todo tenía mansión para mi sola: los abuelos estaban en la casa de campo, papá en su oficina, mamá quien sabe, mis tios casi nunca están y los demás jovenes pues.... Devon ha de estar dandole la lata a Kimy, Betty con sus amigas y Scott.... Lo mismo que con mamá.

Me apresure a abrir la puerta y cuando lo hice me encontré de una con los ojos inexpresivos de Taylor; llevaba puesto un pantalón de dormir con cuadritos azules y un abrigo gris con capucha en el que llevaba las manos metidas. Tenía el pelo desordenado y la verdad es que sin esos horribles audífonos se veía genial.

-No quería molestar-, se giro abruptamente, evitando el contacto visual.

Era algo que no entendía, la última vez que hicimos contacto visual por un buen periodo de tiempo fue el día en que lo conocí, el día que me restregó en la cara lo mentirosa que soy; y desde entonces lo había visto pocas veces, y esas pocas veces había evitado mirarme.

-Dejaron estás cosas en mi casa por error-.

Observé unas revistas, que había encargado para Kimy y para mí hace unos días, este me las ofreció aún sin mirarme a la cara.

-Gracias por traerlas-, respondí indiferentemente-, estas dos son de Kimy, pero está bien luego se las entrego yo-.

Me adentre a la casa y justo cuando iba a cerrar la puerta una mano proveniente de afuera me lo impidió; su mano.

-Espera-, lo miré confusa- quería entregarte esto-.

Observé como de uno de los bolsillos de su abrigo sacaba un cofrecito Azul, un azul brillante, en el centro tenía un grabado pequeño, rodeada de pequeños trocitos de diamantes.

-Las gemelas insistieron en que te devolviera el gesto-, salí de mi admiración- ya sabes por lo de los accesorios del otro día-, extendió el cofrecito para que lo tomará-.

Lo más normal era, tomarlo, dar las gracias, cerrar la puerta y ir derechito a mi habitación para admirar lo que había dentro. Pero como Emma no es normal.

-¿Ya cenaste?-, trate de ser amable-.

-No, bueno Kimy está haciendo la cena y....

-Dale pasa, ¿inventamos algo?- en verdad solo quería darle momentos a solas con Devon.

NO SON EL UNO PARA EL OTRO || EN PROCESO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora