5 | REENCUENTRO EN LA MESA

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Las vacaciones me han favorecido como tributo a una Diosa (yo). Me encanta despertar a la hora que me da la gana. Pagaría por vacaciones más largas, pero es algo que el barbudo del director o la directiva no aceptarían. Es realmente formidable todo el tiempo que tengo para mis limpiezas faciales; tiempo para poder desayunar tranquilamente.

Oh, como me encanta comer, mi hora favorita era el desayuno. Después de varias semanas nos encontramos otra vez todos juntos en la misma mesa: el abuelo Benja, la abuela Emilia, mi tío (el hermano de mamá), junto a su esposa y sus dos insoportables hijos Betty y Devon. Estábamos yo y mis padres y como siempre el pendejo de mi hermano había decidido comer algo "por ahí".

No lo podía creer la familia llegaba de ese viaje a Inglaterra (al que por cierto no quisimos ir), y el se marchaba como si nada. Todos los años se hace una gran cena familiar en la mansión Beycker (misma a la que falte) y luego se van a unas de las fincas paternas en Inglaterra a celebrar "su fortuna". Papá se excusó diciendo que tenía muchas cosas que resolver como jefe de empresa, mamá que aún le faltaba un catálogo (es una Vedette) y mi hermano y yo nos las arreglamos para no ir.

-Como extraño la comida preparada por Ginny-, decía el abuelo entre risas- esa gente me tenía a dieta con sus platillos sofisticados-.

La abuela le echo mala cara a lo que el abuelo dejo de reír un poco.

-Desearía que hubieses estado allí Emma- mintió Betty.

Ladee la cabeza en busca de una explicación a lo que decía.

-No ibas a aguantar ni un minuto cerca de los "bichos"-, se burlo Devon de mi paranoia a los insectos.

Por más que me molestaban sus comentarios, tenía que admitir que extrañaba este aire en casa. Pero faltaba alguien, no me refiero a Scott ya que el casi nunca se sienta en la mesa. Faltaba la figura de Ginny rebatiendo a mis primos que no halaran el mantel, diciéndole a mis abuelos lo bien que se veian combinados y llenando el ego de mi madre con comentarios sobre lo bien que se veía en una que otra revista.

Y sobre todo aguantando mis lloriqueos sobre que y no quería en mi comida. La extrañaba y me sentía mal por haberle dicho tantas cosas en sus últimos días de servicio.

Quizás por eso su hijo te odia, a lo mejor dijo algo de ti en su casa de como la tratabas.

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-Buenos días, perdonen la tardanza el desayuno pronto estará listo-.

-No puedo creer lo que estoy viendo-, abrió la boca dramáticamente mi primo-. Tio Vaner ¿Por qué no me dijo antes que tendríamos una cocinera tan hermosa? De ser así ni me iba del país-, murmuró eso último.

-Deja de ser indecente y siéntate Devon-, le regaño la abuela-.

-Bueno-, Papá resonó en el salón-. Ella es Kimy Ortiz hija de Ginny, Kimy ellos son los Beycker's- fue breve.

Mi padre no era un hombre de muchas palabras, cosa que incómodo el ambiente. Estaba segura de que todos querían escuchar por lo menos de donde venía.

-A ver-, mamá hizo una pausa- Ginny se fractura la columna de camino a la mansión, como muestra de agradecimiento mi querido y yo decidimos pagarle por sus años de servicio, dandole un buen cuidado médico, empleo y apogeo a sus hijos-.

CONTEXTO:

Emma fue atrapada por Taylor, librando se de una torpe caída.

Taylor reconoció a Emma (quien no lo haría, está le dió las gracias formalmente y de la misma manera se presentaron; Emma cautivada por la belleza de Taylor decidió ir con el a visitar a Ginny olvidando por unas horas sus objetivos. Luego tomaron un Uber hasta la empresa de su padre. Emma entro primero logrando fácilmente su objetivo (le devolvieron la tarjeta, luego paso Taylor quien tenía una charla pendiente con el Sr. Beycker. Emma no se resistió como lo había dicho Taylor sonó misterioso, así que pego su oreja a la puerta y se puso a escuchar todo.

NO SON EL UNO PARA EL OTRO || EN PROCESODonde viven las historias. Descúbrelo ahora