13: Reencuentro

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Este capítulo está dedicado a ThalaBernalMndez

-¿No piensas decir nada?-. Lo miré confusa.

-¿Por qué debería decirte algo?-.

-Estuviste casi una hora encerrada dentro del restaurante y luego saliste como si nada. ¿Qué tanto hablaste?-. Sonreí y miré a la carretera por la ventanilla.

-Darlok, yo no tengo que darte explicaciones. Eres mi asistente...-. Me interrumpió.

-¿¡Tu asistente!?-. Lo miré sin ningún tipo de cambio en mi rostro. Resulta ser que este chico no diferencia sexo con amor.-Jenifer, de verdad me consideras solo tu asistente-. Su voz salió casi en un hilo. Frenó el auto y se giró hacia mí esperando una respuesta que nunca iba a llegar.

-Tu cuenta de banco se esta vaciando, casi no te queda dinero. Significa que si sigues actuando como estúpido te puedo despedir y quedarás en la bancarrota-. Su cara indicaba dolor pero ya había dejado de ser la chica estúpida que pensaba en los demás.-Mueve el puto auto Darlok, no estoy para tus berrinches-.

Miró al suelo decepcionado y encendió el auto. Luego de un largo viaje decidió hablar.

-Por una parte agradezco que hallan reservado el lugar-. Me miró con los ojos cristalizados pero mi mirada seguía igual.-Te iba a pedir que fueras mi novia, después de todo llevamos mas de dos años conociéndonos. Pero veo que solo me ves como un juguete sexual-. No sentí absolutamente nada por sus palabras. Solo giré los ojos y seguí mirando la carretera.

-No debes de confundir una pasión con el amor. Creí que yo era la niña ilusa pero ya veo que ay peores-. Cuando iba a hablar le hize una seña con la mano para que se callara.

No necesitaba que siguera con sus estúpidos reclamos. Solo pensaba en lo bien que fue reencontrarme con Wiliams. Llegamos a la casa y al instante fui a mi oficina no quería hablar con nadie.

[...]

-¿Crees que podrías escaparte de mi maldito infeliz?-. Le apunté con mi arma al chico que estaba en el suelo temblando.

Resulta que había un infiltrado que le vendía información a la policía. Él es un simple repartidor de dorga que se dedica a negociar con los pormenores. Esas personas de ese nivel nunca se les permite ver ni la mansión. Ni me ven nunca. Mi identidad sólo la va a ver ahora y se la llevara a la tumba.

-¡Responde carajo!-. Grito tan furiosa lo que lo hace asustarse más.

-Lo...si...en...to.. Lo siento-. Dijo tartamudeando.

-No soporto a los bastardos que trabajan por detrás de las personas y luego quieren arrepentirse-. Lo miré fijamente y disparé. Normalmente mando a matarlos o que lo asesinen. Pero esta vez lo haría yo.

Iba de camino a mi casa. Había ordenado triturar y luego quemar el cuerpo. Por este puto atraparon a varios de mis hombres. La mayoría pensaba que quien los dirija era un hombre. Normalmente al verme entrar a matarlos reían. Pero yo los mato dirigiéndoles una gran sonrisa que nunca olvidarán.

-Este puto me hizo gastar demasiado tiempo-. Miré hacia abajo y giré los ojos.

-¿Sucede algo señora?-. Me pregunta mi chofer por el retrovisor.

-Solo siento que murió demasiado bien. A un soplón debería de torturarlo más pero esta reunión interrumpió mis planes-. Iba de camino a reunirme con un pequeño contrabandista.

Digo pequeño proque era el jefe de otro estado. Pero yo era la jefa de todo Oregón y parte de Rusia. Solté una gran carcajada lo que provocó que mi chófer me mirara extrañado.

Love is a liesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora