Tu Silueta (Pond-phuwin)

eres tú

Phuwin quedó sorprendido. Apenas salió del baño, encontró al chico allí; no sabía quién era, pero al ver que estaba limpiando, supuso que era del personal del hotel. Entonces, salió para vestirse. El chico lo miró unos segundos y luego simplemente se desmayó.

Phuwin tomó al chico y vio que en una placa en su pecho estaba su nombre: Pond. Luego levantó la mirada al rostro de Pond. Su cabello cubría parte de sus ojos y su rostro estaba de perfil. Fue entonces cuando se dio cuenta de que el chico era el mismo que había visto en la moto y al que había atrapado su camiseta el día del concierto. Phuwin sonrió emocionado; no podía creer encontrarse con él en ese lugar. Estaba feliz por estar frente a él.

Finalmente, Phuwin tomó a Pond y lo llevó hasta la cama, donde lo acostó y lo dejó descansar, esperando a que despertara.

...

Las horas pasaron y Pond no despertaba. Hasta que, ya entrada la noche, finalmente Pond despertó. Un poco confundido, abrió los ojos y se sentó, sin entender lo que había pasado ni cómo había llegado a la cama.

De repente, Pond escuchó una voz que decía:

-Ya despertaste, qué bien. Ya me estaba asustando, pensé que no despertarías.

Era Phuwin, quien se acercó a Pond y, sentándose a su lado, comenzó a preguntarle cómo se sentía. Pero Pond no respondía; solo miraba a Phuwin mientras en su mente repetía una palabra: "profesionalismo". Pond aún estaba en su turno de trabajo y debía actuar como lo que era: un empleado del hotel, no como el fan de Phuwin. De repente, este dijo:

-Tú... eres mi fan, ¿verdad?

Pond no respondió; quería irse, pero de repente Phuwin dijo:

-Ya nos habíamos cruzado, o bueno, yo te noté. Recuerdo que te vi en la entrada al concierto la noche anterior y también fuiste tú el que atrapó mi camiseta. Recuerdo que te vi escapar del lugar del evento en una moto.

-¿En serio? Ah, yo, lamento, ah, no quise molestarlo -dijo Pond, levantándose dispuesto a irse.

Sin embargo, antes de que Pond lograra salir de la habitación, el manager de Phuwin entró, encontrándose cara a cara con Pond, quien simplemente agachó la cabeza y pasó a un lado de él.

...

El resto de la noche fue bastante sencilla y normal; no hubo mucha actividad.

Hasta que, de repente, ya en la madrugada, por la puerta principal entró un hombre borracho que se recostó sobre el escritorio del portero, donde Pond estaba tomando sus clases como de costumbre. El hombre, con un tono desganado, solo dijo:

-Escucha, chico, aquí hay una persona muy importante para mí y necesito pasar.

El hombre caminó tambaleándose hacia el ascensor. Pond al instante corrió a detenerlo y le dijo que no podía pasar y que primero debía llamar a la habitación para que lo recibieran.

Pond tuvo que utilizar su fuerza física para llevar al hombre hasta el escritorio una vez más y luego le preguntó el número de habitación de la persona que venía a ver.

-Veinticinco doce -respondió el hombre.

Pond, un poco confundido por la respuesta del hombre, llamó a la habitación.

-¿Hola? -respondió Phuwin desde su habitación a través del teléfono.

-Ho, hola -respondió Pond nervioso.

-¿Pond?, ¿pasa algo?, ¿qué necesitas? -respondió Phuwin, reconociendo la voz de su fan pero confundido por la hora en la que llamaba.

-E, e, señor Phuwin, hay un hombre aquí que quiere... no sé si quiera bajar a verlo. Su nombre es... -Pond retiró un momento el teléfono para preguntarle al hombre su nombre, que respondió que era Jack-. Jack, su nombre es Jack. Dígame, señor Phuwin, ¿quiere que lo deje subir o usted baja o...?

Phuwin soltó un fuerte suspiro y dijo:

-No, enseguida bajo, Pond, no te preocupes.

...

Después de responder, Pond colgó la llamada. Los minutos pasaron y finalmente el ascensor se abrió, y Phuwin salió de este con un short corto y una camiseta blanca; se notaba que era su pijama.

Cuando el hombre, Jack, vio a Phuwin, corrió hacia él, abrazándolo. Phuwin respondió empujándolo. El hombre reaccionó agresivamente, intentando agarrar a Phuwin con fuerza. Pond intervino, ya que también era el guardia de seguridad de ese turno. Tomó a Jack del hombro, lo apretó con fuerza y lo empujó, apartándolo de Phuwin.

El hombre, enojado, dijo:

-Por eso es que ya no me quieres tocar. Conseguiste un amante, Phuwin. Eres una maldita perra.

-Jack, tú y yo rompimos hace años. Estás obsesionado conmigo -dijo Phuwin, dando unos pasos al frente.

Pond no dijo nada y solo se colocó frente a Phuwin, preparado para cualquier posible ataque.

El hombre rió y se lanzó, intentando agarrar otra vez a Phuwin. Sin embargo, no pudo ni tocarlo, ya que Pond lo impidió empujándolo.

Luego, el hombre rió y sacó un cuchillo de su ropa. Pond se puso en guardia. Personas como esas aparecían a menudo en ese lugar; las personas famosas solían atraer a gente loca. Por su parte, Phuwin retrocedió un poco, asustado.

Sin la más mínima duda, el hombre se lanzó intentando apuñalar a Pond, quien se defendió deteniendo al hombre desde el brazo con el que sostenía el cuchillo. Luego, le dio una patada en la pantorrilla, un codazo directamente en el rostro, lo que hizo que escupiera sangre, y finalmente un fuerte puñetazo.

Para Pond, fue fácil neutralizar a Jack, ya que se notaba que este no tenía ni idea de cómo manejar el cuchillo. Sin embargo, el hombre se puso de pie. Pond intentó sacar al hombre del hotel de una vez, pero Jack sacó una botella de cerveza de su ropa, la cual tomó y luego intentó golpear a Pond con ella. Pond alcanzó a cubrirse con su antebrazo. La botella se rompió; algunos cristales hicieron pequeños cortes en el rostro de Pond, además de una gran herida en su antebrazo, ya que solo llevaba una camisa, lo que no lo protegió mucho del golpe.

Pond finalmente respondió con un fuerte puñetazo en el rostro del hombre, con toda su fuerza, lo que bastó, junto con la embriaguez, para dejar inconsciente a Jack. Sin embargo, debido también al sobreesfuerzo, al golpe en su brazo y al cansancio, Pond también cayó inconsciente, dejando a Phuwin muy preocupado y solo.

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