CAPÍTULO 15

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Hazel

— Por fin

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— Por fin... —murmuré mientras caía al suelo, exhausta

Había puesto todo mi esfuerzo en preparar algo especial para las chicas. Quería disculparme por haberles hablado así. A veces soy muy injusta con ellas, lo sé, y no es correcto actuar de esa manera, sobre todo cuando siempre han estado ahí para mí, apoyándome incondicionalmente, sin juzgarme. Son mi refugio en los momentos difíciles. Pero a veces, mi frustración y mi miedo me hacen olvidarlo, y actuó de manera que no merecen. Ahora, solo espero que me disculpen y que entiendan que, aunque me equivoqué, su amistad significa mucho para mí

Justo en ese momento, el timbre suena, sacándome de mis pensamientos. Con esfuerzo, me levanto del suelo y me dirijo a la sala a abrir la puerta. Al abrirla,veo a mis chicas: Madi sostenía un cartel que decía "Perdónanos" con grandes letras coloridas, mientras que Martina llevaba flores en una mano y una caja de chocolates en la otra

«perdónenme ustedes a mí» vamos Hazel no es tan difícil decirlo

— Chicas... —logré decir, con la voz quebrada — No tienen por qué disculparse, yo soy la que...

Antes de que pudiera terminar, ambas me envolvieron en un abrazo cálido y reconfortante

— sabemos que no ha sido fácil para ti, pero estamos aquí, siempre —dijo Madi, mirándome con una sonrisa tierna

— Sí, no importa lo que pase, somos un equipo —añadió titi, entregándome las flores y los chocolates— Esto es solo para recordarte que te queremos

Sentí cómo las lágrimas comenzaban a acumularse en mis ojos. Sus gestos de cariño me recordaron cuánto significaban para mí y lo afortunada que era por tenerlas a mi lado

— basta, pónganse esto —digo tratando de estabilizarme y entregándoles 2 vendas. Ellas me miran confundidas

— ¿Que es esto? —pregunta titi con incredulidad

— Es parte de la sorpresa —respondo, tratando de contener una sonrisa

Ellas intercambian una mirada, algo divertidas, pero finalmente ceden y ponen las vendas en sus ojos

— No hagan trampa —advierto con una risa nerviosa, mientras las guío cuidadosamente hacia el lugar de la sorpresa

Al llegar me detengo

— ¿Están listas? —inquiero, sintiendo la emoción a flor de piel

— ¡Sí, ya suéltanos! —responde la rubia impaciente

— De acuerdo... —acepto, desatando suavemente las vendas de sus ojos

Cuando las vendas caen, puedo ver cómo sus expresiones cambian de curiosidad a sorpresa. Frente a ellas, está una tiendita decorada con luces suaves y pétalos de flores, también una mesa llena de sus dulces favoritos, fotos de momentos especiales que habíamos compartido y, en el centro, un cartel que decía: "Gracias por ser mis amigas"

Amor Entre SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora