CAPITULO 17

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Hazel

— ¿Mandó a llamarme, doctora? —inquiere Gianna, entrando a mi oficina. Su voz temblaba ligeramente, reflejando la preocupación que sentía por la pequeña pelirroja

asiento levantando la vista del escritorio donde había estado tomando notas sobre la sesión fallida con Alessia la cuál estaba igual que ayer. No me dejó acercarme, ni hablarle. Es como si estuviera atrapada en un caparazón de dolor y miedo, y cada intento mío por romperlo la hace retroceder aún más. Su silencio es ensordecedor, una barrera que ni siquiera mis años de experiencia pueden atravesar

Intenté todo lo que sé, pero nada funcionó. Finalmente, no tuve más opción que pedirle a Olivia que se encargara de la niña mientras hacía pasar a Gianna

Necesitaba saber más, necesitaba entender todo, absolutamente todo

— necesito que me hables de Alessia —digo luego de unos segundos— necesito que me cuentes toda su vida, ¿Donde están sus padres? ¿Porqué vive con ustedes y no con ellos?

Gianna baja la mirada, sus manos temblando ligeramente. Sabía que lo que iba a decir no sería fácil de escuchar, pero era necesario

— Los padres de Alessia... —comenzó con voz apagada— No están presentes en su vida. Su madre murió al darla a luz, y su padre... él también murió, no soportó perder a su mujer así que recurrió a las drogas. Alessia ha vivido con nosotros desde entonces. Su tío y yo la hemos criado, pero la ausencia de sus padres ha dejado una marca profunda en ella

Asentí, tratando de procesar la información. Cada palabra de Gianna era un nuevo ladrillo en el muro que rodeaba el corazón de Alessia, un muro que iba a ser muy difícil de derribar

— ¿Cómo era Alessia antes de que... —trago saliva— fuese violada

— Alessia siempre ha sido una niña algo fría y retraída, no tenía muchos amigos, era muy solitaria. Aunque confiaba en las personas, mantenía una distancia, pero después de lo que le ocurrió, se cerró aún más. Ya no permitía que nadie se le acercara, ni siquiera yo —finaliza con pesar

Su relato me dejó en un torbellino de emociones. Alessia había sufrido mucho antes de que su vida se volviera aún más dolorosa

— ¿Cómo es su relación con ustedes?
—pregunto sin dejar traslucir ninguna emoción

Gianna suspira pesadamente antes de responder

— Pues, su relación con Massimo es complicada. Él la quiere, pero su manera de demostrarlo es un tanto... dura

— ¿Le pega? —inquiero con firmeza, mi voz temblando ligeramente ante la posibilidad de una respuesta afirmativa

— No, no —responde Gianna rápidamente— es sólo que le grita, y eso asusta a la niña

Su respuesta no me alivia del todo. La idea de que Alessia viviera en un ambiente de miedo constante, aunque no fuera físicamente abusiva, es inaceptable. Mi corazón se endureció aún más ante la realidad de su situación. La tristeza y la indignación se entrelazaron dentro de mí mientras procesaba la magnitud del dolor que Alessia ha soportado

— Necesito que le digas a Massimo que necesito hablar con él —digo con determinación— es urgente que venga mañana. Sin Alessia

Gianna me observa con preocupación y resignación. Asiente lentamente, como si tuviese miedo

Mientras se dirige a la salida, me quedo en el despacho, contemplando el desafío que tengo por delante. El peso de la situación se asienta sobre mis hombros, y estoy decidida a hacer lo necesario para ayudar a Alessia, sin importar las dificultades que se presenten

Amor Entre SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora