A con man sells a fool a get love quick scheme

92 17 4
                                    


Estar con Derek se sentía como si fuera a ser lo mejor de su adolescencia.

El día de su cumpleaños número 16 llegó a su casa con un ramo de chocolates y un globo pintado a mano con la figura de un zorro.

Stiles no esperaba a nadie cuando su padre abrió la puerta o si esperaba a alguien era Scott, no a Derek.

Definitivamente no a Derek.

Es completamente bien sabido que no puedes simplemente llegar a la casa de tu novio a menos de que hayas sido presentado debidamente y eso fue algo que Stiles no hizo y no porque se sintiera avergonzado de él o porque creyera que podía guardar el secreto de su relación a su padre, sino porque Derek no era la persona que quería presentar.

Era guapo, inteligente, atlético, pero era un sueño de verano; aun así él demostró pensar completamente diferente cuando tocó el timbre de su casa.

-Buenas tardes – Stiles casi pudo ver en cámara lenta el rostro sonriente de Derek cuando su padre se hizo a un lado y dejó a la vista de todos al adolescente.

En la cocina había un pastel con una sola vela, en la salita estaban desparramados como la familia que eran disfrutando de unas deliciosas hamburguesas caseras y en la pantalla una película de Scorsese.

-Buenas tardes – John Stilinski volteó a ver a su familia y luego regresó su mirada a Derek.

-Buenas tardes – Repitió Derek – Disculpen la interrupción, tengo un pequeño detalle para Stiles.

Stiles sintió su pulso acelerado, sus mejillas rojas y luego el empujoncito de su mamá para que recibiera a su no-invitado.

-Hola, Derek – Stiles chocó con un florero, pero eso no importó.

-Adelante, Derek – John Stilinski abrió más la puerta permitiendo la entrada del otro adolescente - ¿Gustas una hamburguesa?

Stiles se acercó un poco más a Derek y recibió su ramo de chocolates con una sonrisa que no sabía que tenía en la cara y que años más tarde el único recuerdo que quedaba era en una fotografía borrosa tomada por su hermano menor.

Seguramente así debería sentirse a sus 17 años cuando fuera el baile de graduación y su novio de ese momento pasara a recogerlo en una limosina, en definitiva, no era un sentimiento que externar únicamente porque tu novio del verano se acordó de tu cumpleaños.

-Feliz cumpleaños – Derek le dio un abrazo que fue demasiado robótico, pero a la vez demasiado cálido.

-Gracias – Stiles miro el globo y luego a Derek – No esperaba esto.

-¿Stiles nos presentas? – Stiles quiso tirarle con algo a su hermano y a la vez agradecerle el que lo devolviera a este plano astral, porque de otra forma pudo haberse quedado en ese preciso instante durante años, con la mirada de Derek sobre él y su aroma impregnando sus fosas nasales.

-Claro, adelante, Derek. Siéntate – John cerró la puerta – Te presento a mi papá, John Stilinski, mi mamá, Claudia Stilinski y mi hermano Liam.

-Mucho gusto.

-Familia, él es Derek – Stiles hizo una pausa – Mi novio.

Hubo un silencio que duró dos latidos.

-Siéntate, Derek – John Stilnski le apuntó al sofá de dos plazas -¿Le pongo tocino a tu hamburguesa?

Stiles fue testigo de cómo su mamá acomodó los arreglos junto al pastel mientras le daba instrucciones a su padre de como armar la hamburguesa del novio de su hijo. Todo mientras Liam le platicaba a Derek lo genial que eran las películas de Scorsese y como siempre veían en una película durante los cumpleaños. Que preferían quedarse en familia.

John Stilinski regresó con la hamburguesa, una lata de soda y volvió a su sofá a ver la película con su esposa en brazos.

No hubo demasiada conversación, todos se concentraron en ver la película, todos menos Stiles que no paraba de sentir la mano de Derek sobre la suya, acariciando su muñeca con su pulgar como si no fuera nada.

La tarde en familia terminó cuando Derek anunció que debía volver a casa después de perder por tercera vez en el UNO y comer dos rebanadas de pastel.

-Disculpa si fui inoportuno – Derek se rascó un poco la frente – Pero ayer dijiste que no podíamos cenar por tu cumpleaños y... no esperaba que tu papá me invitara a pasar.

-Le agradaste – Ambos estaban de pie en la banqueta, justo al lado del auto de la hermana de Derek.

-Te tengo un regalo – Stiles nuevamente sintió que su corazón se aceleraba – No tuve la oportunidad de dártelo antes, todos me estaban viendo.

El regalo era un brazalete con un único charm de una S.

-Gracias, Derek -Stiles estaba mirando su muñeca.

-¿Quieres ir por una malteada?

Stiles ni siquiera lo pensó cuando volvió corriendo a casa a avisar que volvía en una hora.

Estaba feliz, ese era el resumen. Estaba feliz, una felicidad que no conocía y que aumentó doblemente cuando Derek se estacionó a las afueras de la nevería más popular de todo Beacon Hills.

Era bastante conocido que las parejitas se daban a conocer en esa nevería, no eran una pareja oficial hasta que se sentaban en una mesa de la ventana, compartían nachos con queso y subían una fotografía a Instagram aprovechando la bonita estética del lugar.

El corazón de Stiles se detuvo un latido cuando Derek le pasó el brazo por los hombros y le pidió que sonriera.

-Te voy a etiquetar – Derek le dio un beso en la mejilla como si fuera lo típico de sus noches.

Dos horas después, cuando Stiles recibió el mensaje de su mamá preguntándole si ya planeaba llegar, Derek le dio un beso tan pequeño que se sintió en cada fibra de su ser.

-Te voy a extrañar – Derek soltó un suspiro – Por favor no dejes de enviarme mensajes.

-Derek, vas a vivir en la ciudad – Stiles se recargó sobre el cofre del auto prestado– No te vas a acordar de mí.

-Ese es el problema, Stiles, sí me voy a acordar de ti. – Y lo dijo con tanta seguridad que incluso Liam Stilinski, que estaba viendo por la ventana lo creyó.

Si debieran, ser sinceros entre ellos Derek también lo creyó y todo porque dos días antes del cumpleaños de Stiles, cuando se enteró que sería su cumpleaños, después de molestarse y enviarle mensaje a Lizet Graves, se encontró a si mismo llamando a la florería solicitando un ramo de chocolates

-¿No pueden ser únicamente chocolates? – Derek cerró la puerta de su habitación en la cara de Cora – No, yo pasaré a recoger. – Su ceño se frunció doblemente – Gracias, si, si ya sé que va a ser más caro.

Cuando se sentó frente a su escritorio y vio el moodboard que guardó durante toda la tarde revisando que le gustaría recibir a Stiles por su cumpleaños no se detuvo a preguntarse por qué lo hacía, solamente lo guardó y cerró su laptop.

-Así que el niño Stilinsiki – Derek levantó la vista y vio a su mamá – Conocí a Claudia cuando estábamos en la escuela – Derek continuó viendo a su mamá – Crees que eres muy listo, hijo, pero Stiles también lo es.

-Mamá, solamente estamos saliendo por el verano -Talia asintió como si estuviera dándole la razón en algo que sabe que está equivocado. -No va a pasar nada.

-Espero que sí, Derek. Te he dejado ser todo este tiempo, esperando a que llegara alguien que te enseñara que no se juega con las personas -Talia también soltó un suspiro – Solamente te voy a decir que, incluso si sé que estás mal, yo estaré aquí todo el tiempo.

Derek solamente se limitó a asentir.

lomlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora