TRIGGER WARNING: Pérdida de un ser querido
Olvidar es una palabra extraña porque realmente no te das cuenta de que ya olvidaste algo o alguien hasta que un día es nombrado y te das cuenta de que en mucho tiempo no había cruzado por tu cabeza.
Como esos recuerdos de tu infancia que parecen estar bloqueados hasta el día en que miras una fotografía o alguien hace algún comentario y de pronto algo se acciona dentro de tu cerebro como una bombilla e ilumina toda una línea de sucesos.
Algo similar pasó cuando Cora Hale reaccionó a su fotografía frente a la Puerta del Infierno y se dio cuenta de que había pasado más de un año sin que supiera nada de Derek. Ni siquiera recordaba cuando había sido la última noche en la que se durmió pensando en él o la última vez en la que lo buscó dentro de un grupo de gente.
No supo si sentirse triste o sentirse aliviado, lo que sí es que se puso a pensar en que realmente no necesitaba de Derek en lo absoluto. Y no es que en algún momento le haya confiado su felicidad al 100%, pero dentro de su corazón estaba seguro de que Derek sería su End Game, que un día tendrían un par de hijos a los cuales les platicarían su historia y como les dirían que no salieran con el adolescente problemático porque no dejaba nada bueno.
De cualquier forma en ese espacio entre ya no tener una relación amorosa con nadie se dio cuenta de que realmente no tenía ninguna expectativa para su pareja ideal, le había puesto ese disfraz a Derek sin importar sus defectos y ahora cada vez que salía con alguien no lograba darse cuenta de que si le gustaba realmente como persona o solamente le ayudaba a no sentirse solo.
Stiles no llevaba una vida demasiado complicada, su labor era dar tutorías a adolescentes incomprendidos que los adultos consideraban como fuera de sí mismos, y aunque Stiles ya era un adulto también, para él los muchachos no estaban haciendo nada más que explorar el mundo que estaban viviendo por primera vez.
A esa edad él ya estaba en las fiestas con chicos mayores dejando que Derek le metiera mano mientras bebía directamente de una botella. Esos muchachos apenas estaban explorando sus gustos musicales, solamente que a todos los adultos se les había olvidado que un día también tuvieron 16 y eran rebeldes. Aunque esa rebeldía no era nada más que mostrar su propia identidad, para los padres que siempre fueron musicales tener un hijo deportista significaba rebeldía y no una nueva puerta hacia lo desconocido. Para los padres religiosos tener un hijo científico era como si el mismo diablo se les apareciera y ni hablar de esos padres que consideraban las artes escénicas como trabajo de bufón.
En realidad era mucho más difícil trabajar con los adultos que con los adolescentes, sobre todo porque lo consideraban como un maestro rebelde.
Un maestro rebelde que daba muchos resultados.
Como todo tutor escolar también le correspondía ir a las reuniones de maestros donde les platicaban de las necesidades de la escuela.
-Stilinski -Stiles estaba tomando nota de todo -La empresa Golden Retrie quiere hacer una campaña de reforestación ¿Puedo dejarte a cargo?
-Claro -Stiles abrió otro apartado en su libreta de notas -¿Cuándo sería?
-El encargado se pondrá en contacto contigo, quiero ver ahí a todos los muchachos rebeldes -Stiles asintió -Me pasas la lista de lo que requieras.
-Se me antoja hacer antes un taller de creación de macetas, podemos regalar alguna planta exótica a las 10 mejores macetas -El director lo apuntó con su punta -Así impulsamos el cuidado a las plantas y a la vez la creatividad de los muchachos.
-Me gusta -Stiles sonrió complacido, sentía que estaba haciendo un excelente trabajo.
Stiles se consideraba un buen tutor, no porque hubiera logrado grandes cambios en sus alumnos, pero cuando los muchachos lo encontraban fuera de la escuela lo saludaban, incluso se habían cooperado para comprarle un pastel de cumpleaños y a veces le platicaban sus problemas más adolescentes. En su cabeza hacia nota mental de que tipo de padre quería ser y que tipo no.