Hay días en los que te das cuenta de que has vivido de manera automática cuando llegas a casa, dejas las llaves de tu auto y te das cuenta de que no recuerdas como fue que llegaste, si pasaste el bache de siempre o si de nuevo olvidaste el tope.
Stiles llevaba tres meses viviendo de esa forma y sabía que Alec no se lo merecía, pero aún se esforzaba por hacer su relación lo más bonita posible.
Alec era el tipo de persona que llegaba con peluches, le tomaba fotografías en cualquier lugar bonito y no dudaba en presumirlo por todos lados.
Su relación marchaba bien, tenían citas para estudiar, se acompañaban a los eventos e incluso se llevaba bien con su padre realmente.
Pero nada de eso fue suficiente para llegar una tarde a su cita con Alec y encontrarse con todas las señales de que ese día era el final.
Era una tarde de noviembre, ya era momento de volver a sacar las chaquetas y beber chocolate caliente, pero nada de eso amortiguó el sentarse frente a Alec y encontrarse con una incomodidad tan palpable que estaba seguro que los demás comensales también podían sentirla.
-¿Quieres pedir algo para tomar? -Alec no lo estaba mirando directamente a los ojos, lo peor es que no podía recordar si siempre había sido de esa forma o si apenas lo estaba notando.
¿Estaba siendo paranoico?
-Siento que tienes algo que decirme -Stiles fue completamente directo, lo que menos quería era perder su tiempo.
Alec llamó al mesero y pidió la típica bebida de otoño.
-Alec -Stiles intentó tomar su mano por encima de la mesa únicamente para encontrarse sin ningún tipo de respuesta. -¿Hay algo mal?
-Tú dímelo, Stiles ¿Hay algo mal? -La pregunta vino con tanto sarcasmo que hizo que el adolescente cruzara sus brazos a modo de protección -Yo creí que estábamos bien.
-Estamos bien -Afirmó Stiles sin terminar de comprender la situación.
-Entonces explícame porque Derek Hale me envió esta fotografía.
Stiles sintió su cuerpo entero tensarse, fue una sensación extraña de frío, nervios y calor al mismo tiempo.
Tomó el teléfono de Alec con una mano temblorosa sin saber que esperar.
Era una fotografía oscura, una fotografía que no sabía que existía y que sabía que era vieja, de cuando era novio de Derek y se ocultaban en su auto para pasar tiempo a solas.
Algo se movió en su interior, su estómago de pronto se sentía extraño y estaba seguro de que su rostro se iluminó bajo la esperanza incontrolable de que aún existía algo entre él y Derek.
Aun así, su novio no era Derek, era Alec y Alec se merecía respeto y responsabilidad.
Stiles movió la fotografía a la galería de Alec y abrió las propiedades para mostrarle que tenía fecha de meses atrás.
Alec relajó sus hombros e incluso sonrió un poco. En ese momento llegaron sus bebidas y los dos pudieron disfrutar el primer sorbito.
Había un ambiente más tranquilo entre ellos, sin embargo había algo instalado como espinita en el corazón de ambos.
-¿Tu y Derek? -La voz de Alec era pequeña, como si tuviera miedo de la respuesta.
-No -Stiles se apuró en negarlo -Fuimos novios, pero ya terminó totalmente.
-¿Y por qué hace esto? -Alec de nueva cuenta tomó su móvil, lo desbloqueó y su rostro cambio de nuevo.
-¿Qué ocurre? -Stiles intentó por todos los medios que no se diera cuenta de que estaba ansioso.
