Never quit bury

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El tiempo es un término un poco ambiguo dependiente de quien sea el orador, para Brett el último año de estudios fue lentísimo, incluso hasta sentir que el título estaba imposible.

Para Stiles fue un año rápido y aburrido.

Entre las clases, evitar salidas a lugares muy concurridos como fiestas y decidiendo que el cine era su nuevo vicio ese año se fue sin dejar rastros ni recuerdos.

Estaba seguro de que había vivido cada uno de los días, sin embargo más allá de las fotografías en sus redes sociales y algún que otro mensajes de sus amigos parecía que no había existido.

Hay unas personas muy inteligentes que dicen que la realidad es subjetiva, que puede existir y a la vez no, porque puede que haya vida en Saturno, pero como no hay ningún testigo todos creemos que no es así y por lo tanto no es una verdad.

Un término difícil de explicar, pero que es perfecto para los debates.

Son pensamientos que te ocupan y te hacen cuestionar tu propia existencia.

Eso quiere decir que todos los recuerdos de ese año existían para los demás, pero no para Stiles y eso no significaba que no fueran cierto, simplemente para él no había sucedido.

Casi como si cumplir 20 años se hubiera borrado completamente de su casete, pero no de sus regalos y tampoco de los comentarios de su mamá sobre lo genial que era tener a sus dos hijos en la universidad y poder vivir su vida de novia con su esposo de nuevo.

Era una nueva sensación de tranquilidad el verlos como les enviaban fotografías desde la nevería o desde la playa de acuerdo a la época.

Incluso John Stilinski había añadido una fotografía a sus redes sociales de su esposa dejando que le trenzaran el cabello con adornos de mariposas.

El tipo de amor que todos necesitan.

El tipo de amor que todos idealizan.

Pero solamente ellos lo tenían y de eso Stiles estaba seguro porque en toda su vida no recordaba muchas peleas, sí muchas miradas que decían 'No digas eso' pero nunca gritos o golpes.

Tal vez por eso y solamente por eso él esperaba exactamente lo mismo, alguien que lo hiciera sentirse en su lugar seguro y que lo llevara al cine solamente porque estaban aburridos y El Padrino se estaba reestrenando.

Pero más allá de quererlo con alguien, lo quería con Derek.

Se habían encontrado un par de veces durante ese año y más que nada se debía a que Stiles había cambiado sus hábitos, incluso había cambiado sus clases a la tarde y sus salidas con sus amigos se reducían a reuniones donde estaba completamente seguro de que no se lo encontraría.

Y no es que no quisiera verlo, solamente no quería verlo con la conquista de turno. Todos parecían ser muy diferentes a él, ninguno tenía tantos lunares, ni el cabello quebrado, tampoco eran delgaduchos o vestían de acuerdo a sus super héroes favoritos. Derek tenía un gusto muy refinado en sus parejas y en ese gusto no entraba Stiles.

Hay una forma de matarte poco a poco y es aferrarte a un estándar que no puedes cumplir porque simplemente no lo eres. Que no es que alguno sea mejor a otro, pero para los ojos donde deseaba encontrar belleza no podía ver nada más que lo ordinario reflejado.

En cierta forma a veces sentía que era un halago, tal vez lo que quería hacer era encontrar lo opuesto, algo que no le recordara a él, algo que Stiles inconscientemente no paraba de hacer.

Jorge era apenas una cabeza más alto que Stiles, tenía el cabello ondulado y la piel de un bonito tono aceituna.

El tipo de rostro que no notas a primer vista hasta que te das cuenta de que puede ser igual de interesante y te acostumbras al tamaño tan desacorde de sus ojos en relación con su boca.

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