Capítulo 20
Lea
El sonido de la alarma me sobresaltó, provocando que mi cuerpo se alzara bruscamente. Solté un jadeo de sorpresa, el móvil aún en mi mesita de noche, vibrando y sonando con la alarma que había programado a las 7:30 de la mañana.
Ignorando mi pelo, que era un completo caos, no perdí más tiempo y me levanté de la cama, apagando el irritante sonido que llevaba escuchando cada mañana durante años.
Corrí hacia el aseo, donde comencé por lavarme la cara. Mientras la fresca agua terminaba de despertarme y sus gotas caían de mis mejillas hasta mi barbilla, el sueño que había tenido, se repetía en mi mente como bucle. Tomé la toalla y presioné esta contra mi rostro para secar las zonas húmedas.
Fruncí el ceño inconscientemente; hacía mucho desde que tuve esos sueños.
Sueños sobre un mundo mágico habitado por hadas y criaturas que podían tener la más bella apariencia o cumplir tus peores pesadillas. Sueños donde una dulce mirada avellana me perseguía junto a su sonrisa divertida y coqueta.
Solté un suspiro.
—Pensaba que esa fase había terminado hace meses.— Dije en un murmullo para mí misma al mirarme al espejo una vez tuve mi rostro seco.
Tan solo hasta hace poco había logrado dejar de soñar cosas raras. Pensaba que mi cabeza finalmente dejaría de hacerme tener esos sueños que no tenían ni pies ni cabeza, que había madurado...parece que me equivocaba porque aquí estaba.
Aunque esta vez podía admitir que al menos este sueño era mejor que los otros que había tenido. No dejaban de venirme flashes sobre un hermoso hombre con alas y de sonrisa encantadora, eso significaba algo bueno, ¿no? Al menos visualmente.
Negué con la cabeza; no era el momento de soñar despierta, tenía que irme a trabajar o llegaría tarde y no quería una regañina sobre la puntualidad ni perder este buen trabajo que tanto me había costado conseguir. Después de tanto tiempo y esfuerzo...no lo echaría a perder.
Tardé menos de 20 en vestirme, ordenar mínimamente mi habitación y meter el té en el termo. Para antes de que el reloj diera las 8:00 de la mañana, ya tenía todo lo necesario metido en mi bolso. Me despedí de mis gatos, los cuales dormían plácidamente en la cama sin inmutarse de nada y tras agarrar las llaves de casa, salí del apartamento.
El sonido de la calle ajetreada fue lo primero en recibirme en cuanto pisé la acera de piedra. Las personas iban y venían, creando caos entre unos y otros. Sonreí por la vista familiar de cada mañana y pronto me sumergí en el mar ajetreado de personas. Había que ir con cuidado porque era fácil chocarse con alguien y no sabías si ese alguien podría ser del tipo amargado que no soporta ver gente a primera hora del día. Lo admitiré, probablemente en algún momento de mi vida he sido ese alguien para algún o alguna desgraciada.
No tardé en colocarme los auriculares de música en los oídos para aislarme del ajetreo de las calles, personas y coches. Chemtrails Over The Country Club fue la canción que comenzó a sonar. Sonreí al escucharla, siempre me inspiraba y me hacía sentir en las nubes. Me producía un sentimiento de nostalgia y romance no sabía por qué.
Continué mi ruta con la canción armonizando mis pasos.
Miré a algunas de las personas con las que me cruzaba pero sobre todo hubo un grupo que llamó especialmente mi atención, comenzando por la pareja con un bebé en sus brazos.
La mujer era preciosa; vestida con un sencillo pero elegante traje azul noche, de cabellos cobrizos, facciones delicadas y definidas y de ojos claros. Su bebé era de piel un poco más morena y de un cabello negro. Sonreí enternecida al ver cómo la mujer, joven probablemente, cargaba al niño en sus brazos y este reía.
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Una corte de Estrellas y Lirios
FanfictionLea era una mujer normal. Hasta que despertó en un nuevo mundo. Mientras busca respuestas a todas sus incógnitas, no sólo los enemigos serán un peligro. Sus sentimientos amenazarán con destruirla a ella y a sus nuevos amigos. Cassian por otro lado...