Capítulo 5

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Capítulo 5

Cassian

El día del Solsticio de invierno había llegado.

Los rayos del sol entrando por la ventana de la habitación me despertaron. Lentamente abrí mis ojos y mi movimiento automático fue estirar la mano hasta el cuerpo dormido cerca de mí. Mis dedos se incrustaron en la suave carne de su cintura y suavemente me acerqué a ella, pegando mi torso desnudo a su espalda.

La abracé desde atrás, rodeando su cintura y poniendo una de mis piernas entre las suyas; una sonrisa somnolienta se posó en mis labios y pegué mi nariz a la zona trasera de su cuello, aspirando su aroma. Era picante pero dulce. Una mezcla única eso seguro.

Deslicé mis labios por su piel, sintiendo algunos mechones de su cabello meterse en mi camino, más aquello no me detuvo para sacar los dientes y morder suavemente en la curvatura de su cuello y hombro. Nesta suspiró ante la sensación, lo que para mí significó pase libre para seguir mi camino.

Mientras besaba su cuello una de mis manos subió de su cintura a uno de sus pechos; sentí el peso de este entre mis dedos, haciéndome gruñir levemente y le dí un suave apretón, notando cómo su dulce botón rosado comenzaba a reaccionar. Nesta comenzó a despertar y en cuanto supe que era medianamente consciente de la situación, atraje su rostro al mío y fundí mi boca en la suya, un beso caliente y duro, nada de dulzura; sólo ardiente y crudo deseo. Deslicé mi lengua en su boca, pasándola por su paladar, su lengua...Ella jadeó en el beso y aquello bastó para sentir cómo mi miembro se endurecía, presionando contra su muslo desnudo.

Nada iba a impedirme hacerla mía de nuevo, nunca era suficiente, la deseaba con cada fibra de mi ser. Era mía, mi compañera.

"¿Tan temprano y ya estás encima de ella como un perro en celo Cass? Déjala dormir." La voz de Rhys ronroneó en mi mente antes de que pudiera continuar, haciendo que cualquier ardiente sentimiento se esfumara. Gruñí y alejé mi boca de la de Nesta, a lo cual ella me miró confundida. "Métete en tus propios asuntos Rhys." Respondí mentalmente con irritación. Mi hermano simplemente soltó una carcajada. "Haznos un favor a Azriel y a mí, guárdate la polla en los pantalones y ven de una vez, te estamos esperando." Suspiré y a regañadientes me levanté de la cama, buscando mis pantalones. "Yo no tengo la culpa de que Feyre no quiera darte atención porque su prioridad es Nyx." Dije mientras me ponía la camiseta por encima de la cabeza. "Ahí te equivocas. De hecho, anoche-..." Rodé los ojos. "Cierra la boca Rhys, ya voy para allá." Este volvió a reírse y aquello fue lo último que escuché de él antes de que rompiera la conexión.

Me giré para mirar a Nesta, la cual estaba aún acostada en la cama, con su castaño-rubio oscuro cabello despeinado, sus preciosos ojos azul grisáceos siguiendo cada uno de mis movimientos. Le sonreí y me acerqué a su esquina de la cama, agachándome para dejar un beso en su frente.

—Era Rhys, tengo que irme a la cabaña.— Ella ya sabía nuestra tradición de cada mañana en el día del Solsticio de invierno. —Nos vemos más tarde.—

—Diviértete.— Incliné mi cabeza en afirmación y salí de la habitación hasta el balcón principal de la casa, uno de los más grandes. El suave viento, pero frío por el invierno, chocó contra mi rostro, haciendo que varios de mis mechones bailaran con él.

Sonreí y de un momento a otro mis alas se habían abierto, impulsándome al vacío. Mi visión periférica cambió y ahora estaba sobre las montañas nevadas, volando a toda velocidad hacia el territorio Ilyrio.

Llegué a la cabaña y aterricé sobre la nieve, algo sucia con restos de tierra en ella, estropeando su pulcro color blanco. Caminé hacia la cabaña donde había pasado una parte de mi vida y de la cual tenía muchos recuerdos. Tanto buenos como malos.

Una corte de Estrellas y LiriosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora