Capítulo 16

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Capítulo 16

Lea

—Me encantaría ayudarte, de verdad pero me temo que no voy a poder hacerlo.— Cualquier murmullo de voces, ya fuera un susurro o el simple rugido suave del viento fuera de la casa, se calló. Ni siquiera nuestras respiraciones se escuchaban. Incluso Azriel que fingía mirar a otro lado giró su cabeza a la velocidad de la luz para mirar al Alto Lord después de que pronunciara esas palabras.

—¿De verdad?— Preguntó Feyre, algo pálida y sin mirarme. Como si la culpabilidad pesara aún más sobre sus hombros de guerrera y le impidiera enfrentarse a mi.

—Lo siento.— Volvió a disculparse con sombras en su hermoso rostro Helion. Un golpe estruendoso sonó de golpe, asustándome lo suficiente para hacerme saltar en mi propio sitio. Todas las cabezas giraron en su dirección; la mía la primera.

Cassian yacía de pie en su silla, claramente incapaz de aceptar las palabras que Helion acababa de pronunciar. Nesta había puesto su mano en su brazo en un intento de calmarlo, sobra decir que no sirvió de mucho.

—¿Nada? Eres un Alto Lord, Helion, ¿de verdad no hay nada que puedas hacer? ¿Ni un mínimo hechizo, por débil que sea?— El aludido parecía mucho más sorprendido por su repentina explosión que los demás y miró a Cassian fijamente en silencio. Después algo en sus gestos y mirada cambió pero no supe decir exactamente qué.

—No, no puedo.— Se limitó a decir...como si estuviera jugando con el guerrero.

—¿Por qué?— La voz de Cassian salió en un gruñido, demostración de su lado inmortal que seguía teniendo ciertas partes arraigadas a su lado animal.

—Incluso como Alto Lord, y bien lo sabes tú, tenemos nuestras limitaciones. Sobre todo cuando el enemigo se trata de un poderoso hechicero como lo es Koschei. Ni siquiera un puñado de mis mejores conjuros podrían conseguir que tu amiga humana pueda deambular libremente por su territorio.— Helion sonrió pero esta no llegó a sus ojos. El Ilyrio parecía listo para saltar encima de él, sus sifones brillando con fuerza.

—Está bien.— Interrumpí después de tragar saliva, llamando la atención de todos. No quería una pelea. No ahora cuando apenas era capaz de hablar sin hundirme en el pesimismo tras saber que no había ningún hechizo que pudiera darme el mínimo resquicio de seguridad. —Tampoco esperaba demasiado. No después de saber que Koschei es tan poderoso.

—¡Lea...!

—Cassian.— Rhysand le dedicó una mirada negativa a Cassian, quien lo miró frustrado pero obedeció, tragándose su frustración y volviendo a sentarse.

El silencio volvió a reinar en la habitación pero esta vez era asfixiante. Para mí al menos. La negativa de Helion seguía repitiéndose en mi cabeza como un eco incesante, cada vez más y más fuerte al punto de marearme y hacer que me pitaran los oídos.

No eran ni las 11 de la mañana y ya quería encerrarme en mi habitación y cubrirme hasta arriba con las sábanas. Era incapaz de mirar a cualquiera sentado en la mesa, ni siquiera sentí el suave apretón que la mano de Mor me dió bajo la mesa en un intento de animarme. Estaba entumecida de arriba-abajo.

Tomé una profunda respiración que salió temblorosamente de mis labios.

—Si me disculpan, voy a salir un momento.— Dije finalmente, sonriendo lo mejor que pude. —Necesito tomar el aire.— No esperé a que nadie dijera nada; creo que tampoco iban a hacerlo, no es como si no hubieran notado el temblor en mi voz...o el olor que probablemente estaba exudando. Su escaso intento de interrupción a mi huida fue como un favor silencioso que me hacían y la verdad no pensaba agradecerlo. A estas alturas creo que merecía al menos un poco de tiempo para asimilar aún más la situación.

Una corte de Estrellas y LiriosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora