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Se despertaron en mitad de la noche para hacer el amor dulce y lentamente. La atmósfera fue tan maravillosa que más tarde Lali dudaba de que hubiera sucedido en realidad.

Lali cerró los ojos con fuerza, intentando no escuchar el insistente timbre que le taladraba los oídos, pero no funcionó. Unas manos la movieron con cuidado para despertarla. Abrió los ojos y descubrió a Peter mirándola.

—Tu teléfono está sonando, dormilona.

Lali miró el reloj. Eran las nueve y media. Llegaba tarde al trabajo. Tenía que ser su hermano el que llamaba. Mientras ella intentaba despabilarse para contestar, Peter se apartó hasta que sus cuerpos dejaron de tocarse. Había intentado irse durante la noche, pero ella se había acurrucado contra él y no había sido capaz. Tendría que tener más cuidado en el futuro si pretendía mantener su relación a un nivel trivial.

Lali notó su retirada, pero el teléfono seguía sonando.

—Aló.

—¡Por Dios, Lali! ¿Por qué no estás en la tienda? —dijo Ana y Lali le hubiera colgado de no haber notado la desesperación en la voz de su hermana—. No importa. Pasó algo terrible. Gabriel y Benjamín Flores han estado rastreando los bosques esta mañana y encontraron un esqueleto. Joaquín está casi seguro de que pertenece a la pobre Erika.

—¿Cómo pueden estar seguros de que se trata de Erika?

—No están totalmente seguros pero, ¿quién más puede ser? El juez ya fue al lugar. Dice que aunque los huesos no están intactos se trata del esqueleto de un niño. Es algo horrible. ¿Cómo va a tomárselo Martha?

—¿Han encontrado alguna pista sobre Luz Fonsi?

—No. Lali, Joaquín ha estado intentando localizar a Peter para hacerle algunas preguntas.

—¿Por qué? —preguntó Lali consciente de que su cuñado no iba a agradecer su interferencia.

—Ya sabes la respuesta, La. Peter siempre ha sido el sospechoso. Es natural que Joaquín tenga que interrogarlo. Por cierto, si lo ves, puedes decirle que Joaquín lo está buscando. Parece que no lo encuentra por ninguna parte.

—Está bien —contestó ella, aunque se imaginaba que su hermana ya había adivinado que estaba con ella—. Se lo diré.

Lali colgó y se volteó para observar la dura expresión de Peter. Había pasado mucho tiempo corriendo sin polo a pleno sol, la única parte de su cuerpo que estaba pálida era la cara. Lali se cubrió los pechos con la sábana. No le parecía adecuado discutir algo tan desagradable mientras estaban desnudos.

—Encontraron a Erika —dijo Peter, antes de que ella pudiera hablar.

—Los hermanos Flores han encontrado un esqueleto en los pantanos esta misma mañana. Buscaban a Luz. Todavía no están seguros, pero es el esqueleto de un niño. Es probable que sea el de Erika.

Peter se quedó inmóvil durante unos segundos. Se le había roto el corazón al enterarse de la muerte de su madre, pero no había sido nada comparado con aquello. Claudia había muerto a una edad avanzada, pero estaban hablando de una niña que había sido secuestrada en la oscuridad de la noche.

—Todo este tiempo mantuve la esperanza de que Erika estuviera en algún sitio viviendo la vida que les gusta a los adolescentes. Nunca pude imaginarme su pelo rubio y sus ojos azules en una mujer adulta. Quería que estuviera viva, pero en mi interior siempre supe que estaba muerta. ¿Por qué me cuesta tanto aceptarlo?

Era una pregunta para la que no había respuesta. Lali no pudo encontrar palabras para que se sintiera mejor. Pensó que si la gente de la ciudad pudiera verlo en ese momento, sabrían que un hombre con un corazón de oro como Peter jamás le hubiera podido hacer daño a nadie y mucho menos a una criatura.

Culpable Where stories live. Discover now