5.

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Jungkook se acomodó junto al catre de Jimin, su mirada fija en el cuerpo inerte del hombre lobo. Observaba detenidamente, notando cada detalle que revelaba su fragilidad. A pesar de la capacidad que tenía para derrotar a cualquier adversario sin dificultad, no podía evitar cuestionarse cómo alguien tan diminuto y vulnerable como Jimin podría enfrentarse a la amenaza de un veneno.

Jungkook mantuvo su mirada fija en Jimin a medida que los minutos transcurrían lentamente. Un profundo suspiro escapó de sus labios cuando Jimin tuvo otra convulsión repentina, vomitando un nuevo flujo de bilis negra. Jungkook se quedó inmóvil por un instante, asimilando la escena, antes de apresurarse a colocarse a su lado. Con cuidado, le dio suaves palmadas en la espalda, asegurándose de que el vómito no regresara a su garganta.

Cuando Jimin por fin despertó, Jungkook se movió rápidamente para ayudarle a sentarse con suavidad contra la cabecera de la cama. Con un gesto cuidadoso, le tomó de la barbilla y le giró la cabeza, inspeccionando su rostro con atención para asegurarse de que no quedara rastro alguno del veneno en su sistema.

— Estás despierto. — Afirmó Jungkook con tono llano. Sostuvo su barbilla y se aseguró de que no se moviera mientras seguía inspeccionando sus facciones.

— Qué observador eres. — Respondió Jimin con una voz rasposa, el resultado de dormir demasiado y vomitar. Aunque su tono intentaba ser humorístico, reflejaba claramente su malestar —. Pero como te he explicado antes, mi cuerpo rechaza el veneno por sí mismo, aunque el proceso es extremadamente doloroso.

Jungkook entrecerró los ojos al escuchar el intento de humor poco afortunado de Jimin. Con un gesto de desdén, le dio un suave golpe en la frente, lo que hizo que Jimin frunciera ligeramente el ceño. La irritación de Jungkook creció por la actitud despreocupada del hombre lobo, pero pronto dio paso a la preocupación cuando recordó con claridad lo que había sucedido.

— Deja de ser tan despreocupado. Tu maldito cuerpo ha estado vomitando veneno como un proyectil durante las últimas nueve horas.

— Lo siento, lo siento, no te preocupes, estoy mejor. — Dijo Jimin, levantando el brazo con la herida de flecha —. Ya no me matará.

— Esa no es la cuestión. — Jungkook murmuró mientras sus hombros se relajaban, aliviado al saber que Jimin estaría bien. Con cuidado, tomó su brazo herido y desenrolló las vendas toscas y desordenadas. Examinó la herida, buscando signos de hinchazón. Cuando se aseguró de que no había riesgo de infección, tomó unos algodones y el alcohol medicinal, listo para continuar con el tratamiento —. Quédate quieto. Te dolerá.

— De acuerdo, doctor.

Jungkook optó por no responder al comentario sarcástico de Jimin. En lugar de eso, simplemente puso los ojos en blanco antes de aplicar con cuidado los algodones medicinales sobre su piel. A pesar de su silencio, no pudo evitar darse cuenta de que Jimin lo observaba con intensidad.

— ¿Tienes algo en mente, lobito?

— ¿Por qué me ayudas tanto? Es extraño. — Preguntó Jimin, realmente curioso por su comportamiento, sin moverse para que Jungkook terminara de limpiar la herida.

El cazador se quedó estupefacto ante la pregunta inesperada. La incertidumbre lo invadió, y se dio cuenta de que no tenía idea de cómo responder. Se preguntaba por qué estaba ayudando a Jimin, una cuestión que parecía eludirle siempre. Sin ofrecer respuesta alguna, decidió centrarse en lo que tenía delante. Una vez que terminó la tarea, tomó el rollo de vendas que estaba a su lado y comenzó a vendarle el brazo con cuidado.

— ¿Por qué no? — Respondió tras un momento de silencio. No le gustaba la forma en que Jimin no dejaba de mirarlo.

— Eres un cazador, deberías haberme matado hace tiempo. — Le recordó Jimin, echándose hacia atrás ahora que su brazo tenía vendas nuevas y limpias.

LA LUNA DEL CAZADOR 月 KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora