Habían pasado un par de días desde el accidente, Jimin estaba en el supermercado, buscando entre una gran variedad de helados. Se tomaba su tiempo para seleccionar el mejor de todos, fijándose en cada sabor y analizando cuidadosamente los precios, ya que su presupuesto era limitado. Como de costumbre, vestía ropa holgada que le daba un aire casual y cómodo, y llevaba una gorra en la cabeza que ocultaba parte de su cabello.
Jungkook estaba de pie a lo lejos, observando a Jimin mientras este paseaba por la tienda. Llevaba una gran cesta de la compra en la mano, rebosante de una variedad de productos que iban desde caramelos de vivos colores hasta elegantes bombones envueltos en papel dorado. Era la primera vez en mucho tiempo que Jungkook se encontraba solo, disfrutando de un momento de tranquilidad, pero esa calma se rompió en cuanto divisó a Jimin cerca de la sección de helados.
Se quedó mirándolo atentamente mientras Jimin avanzaba con paso despreocupado por los pasillos. De repente, un pensamiento divertido cruzó la mente de Jungkook y lo hizo detenerse en seco. Con su sudadera ancha, su gorra vieja y su actitud confiada, Jimin parecía un personaje sacado directamente de un cliché de anime. Jungkook intentó contener una risa, pero al final optó por dejar que una sonrisa tranquila se dibujara en su rostro.
Jimin agarró un helado de piña barato que estaba en oferta —lo sabía porque sus letras eran rojas—, y lo dejó caer en su cesta. Ahí, entre las pocas cosas que había logrado comprar, se encontraban un paquete de arroz y otro de fideos.
— Demonios. — Murmuró para sí mismo, soltando un suspiro —. Necesito dinero.
Jungkook continuó siguiéndolo desde la distancia, con sus ojos fijos en cada movimiento de Jimin, como si estuviera desentrañando un enigma. Estaba extrañamente fascinado por él y por todo lo que le rodeaba. La forma en que se movía, su comportamiento, y la manera en que parecía mantener una barrera invisible a su alrededor, lo mantenían intrigado.
De repente, una idea surgió en la mente de Jungkook, como una chispa de inspiración. Era una oportunidad que no podía dejar pasar.
Se mordió el labio inferior, intentando sofocar la excitación que comenzaba a burbujear bajo su piel. Dio un paso hacia Jimin, sus pies se movieron silenciosamente, imperceptibles entre el bullicio de los clientes que compraban a su alrededor.
Con aire distraído, Jimin leyó los precios de varios yogures, los más económicos, mientras estiraba la mano para sacar una botella de leche.
A unos pasos detrás de él, Jungkook se acercó y se quedó quieto. Observó a Jimin en silencio mientras este examinaba la fila de yogures, notando cómo se centraba en todas las marcas más baratas.
— Tienes mal gusto. — Comentó Jungkook secamente, rompiendo el silencio.
— Soy pobre y analfabeto. — Respondió Jimin sin inmutarse, mientras echaba la leche en su cesta sin siquiera mirar a Jungkook. Después, alcanzó los yogures más baratos y echó un vistazo a la mantequilla.
Jungkook se rio en voz baja mientras observaba la mantequilla barata que Jimin examinaba detenidamente. Luego desvió la mirada hacia la cesta de Jimin y examinó con curiosidad los pocos alimentos que había escogido. La escasez de su compra le llamó la atención, y de pronto, una idea inquietante cruzó por su mente: Jimin probablemente se iba a acostar con hambre, con el estómago revuelto por la falta de una comida adecuada.
— Tienes un gusto horrible para la comida. ¿Cómo puedes vivir de eso?
— Pues no sé, estoy acostumbrado. — Respondió Jimin echando la mantequilla en su cesta, pasando a ojear un par de zumos en sobres, buscando las ofertas más baratas — ¿Y por qué me sigues?
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LA LUNA DEL CAZADOR 月 KOOKMIN
FanficJimin, un hombre lobo que lleva una vida pacífica en un pequeño pueblo, ve su mundo alterado cuando Jungkook, un cazador con una obsesión peculiar por él, llega a su vida. 🌟 Historia que era de pocos capítulos y se hizo larga. 🌟 No acepto copias...