Jungkook sintió cómo su corazón se aceleraba al ver a Jimin abrir la puerta. Sus ojos no pudieron evitar desviarse hacia su cabello, desordenado y despeinado, dándole un aire de vulnerabilidad que lo hacía ver más adorable de lo que podría admitir. Mientras observaba, una sonrisa torcida apareció lentamente en sus labios, imposible de contener.
— ¿El lobito va a invitar a entrar al gran cazador malo? ¿O voy a tener que entrar a la fuerza? — Sonrió, fijándose en el perro que se asomó por detrás.
— ¡Oh, ahí estás! — Lo saludó alegremente, extendiendo los brazos para un abrazo. Jimin solía ser una persona pegajosa sin conocer los límites.
El corazón de Jungkook dio un fuerte retumbo al ver esos brazos extendidos, y esa simple visión provocó un cálido aleteo en su pecho. Antes de que pudiera procesarlo, ya lo había rodeado con sus propios brazos, entregándose al abrazo de Jimin. Luchó por contener las ganas de apretarlo con más fuerza, de disfrutar plenamente la sensación del cuerpo de Jimin, firme y reconfortante, tan cerca del suyo.
— Aquí estoy. — Murmuró en voz baja en su oído, mientras sus manos se deslizaban y recorrían su espalda.
— Ven, pasa. — Dijo Jimin con una sonrisa, soltándose un poco para luego tomar la mano de Jungkook, invitándolo a entrar en su vieja y miserable cabaña.
Jungkook no pudo evitar sonreír al sentir la mano de Jimin entre la suya. Una sensación de vértigo se apoderó de él mientras lo guiaba hacia el interior. El lugar era un desastre, por no decir otra cosa, pero ver que Jimin vivía en esa cabañita lamentable despertó en Jungkook un intenso sentimiento de protección posesiva.
Se apresuró a cerrar la puerta tras de sí, asegurándose de que nadie tuviera la oportunidad de entrar en su casa sin ser invitado. Luego, dejó que su mirada recorriera el lugar, fijándose en el pequeño y sencillo mobiliario.
— ¿Tus padres aún no saben que estás hablando conmigo? — Preguntó Jimin, sabiendo perfectamente que la familia de Jungkook era peligrosa.
La expresión de Jungkook se oscureció de inmediato al escuchar la mención de sus padres. Su mandíbula se tensó, apretándose con fuerza, como si intentara contener una marea de emociones. Unos segundos después, exhaló suavemente, soltando un suspiro que parecía liberar, al menos en parte, la tensión acumulada en su interior.
— No, no lo saben. — Afirmó con tono bajo. Jungkook lo miró, notando la preocupación en sus ojos. Le dedicó una pequeña sonrisa para tranquilizarlo y exhaló pesadamente antes de decir —. No te preocupes, no lo sabrán.
— Siempre me he preguntado si has matado a otros lobos como yo. — Dijo Jimin mientras lo guiaba para que se sentara en el sofá a su lado, con el perro tumbado tranquilamente cerca de ambos.
Jungkook enderezó la espalda de inmediato al escuchar la pregunta. Su rostro permaneció impasible mientras tomaba asiento, pero en sus ojos se dibujaba una sutil tensión. Los entrecerró ligeramente, observándolo con cuidado, como si analizara cada detalle. ¿Desconfianza? ¿O estaba a la defensiva?
Tardó un buen rato antes de responder. Su voz fue tranquila cuando lo hizo.
— Sólo a algunos. — Respondió, con los ojos clavados en los de Jimin. Qué pregunta tan intrigante. La forma en que lo miraba como si fuera una amenaza debería haberle ofendido… debería haberle dado asco.
— ¿Y por qué no a mí?
Jungkook levantó un poco la barbilla, sintiendo la intensidad de la mirada de Jimin. Pero no apartó la mirada. En lugar de eso, lo miró de frente, con sus propios ojos inquebrantables. Lo estaba desafiando, desafiando su propia mirada de depredador. Permaneció en silencio un momento, luego se movió, acercándose un poco más a él.
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LA LUNA DEL CAZADOR 月 KOOKMIN
FanfictionJimin, un hombre lobo que lleva una vida pacífica en un pequeño pueblo, ve su mundo alterado cuando Jungkook, un cazador con una obsesión peculiar por él, llega a su vida. 🌟 Historia que era de pocos capítulos y se hizo larga. 🌟 No acepto copias...