LA LUNA DEL CAZADOR 月 KOOKMIN

14.

Jungkook parecía estar de buen humor mientras seguía a Jimin al interior de la tienda de antigüedades. Aunque el espacio era un poco estrecho, no le importaba; tenía un buen presentimiento.

Se oyeron pasos, y pronto Romolo apareció desde la trastienda. Los saludó con una sonrisa antes de hacer un gesto invitándolos a acercarse.

Los dos siguieron a Romolo, quien los llevó a la parte trasera de la tienda. Estaba aún más abarrotada, con montones de antigüedades y baratijas cubriendo el espacio. Había una mesa en el centro con un par de sillas, pero ya estaba ocupada por un anciano que admiraba tranquilamente la vista del mundo exterior desde la ventana.

Romolo los miró con una sonrisa que enmarcaba sus hoyuelos y les invitó a sentarse, así que Jimin le complació, sin soltar la mano de Jungkook.

Jungkook lo siguió, sentándose a su lado. El anciano, que finalmente había notado su presencia, apartó la vista de la ventana y los examinó, observando cómo se agarraban el uno al otro.

— Ah, ¿ustedes dos deben ser la pareja que mencionó mi nieto? — El anciano habló con una pizca de acento extranjero. Jungkook pareció enderezarse en su asiento, la ligera tensión y nerviosismo eran evidentes mientras el hombre seguía mirándolos.

— Les hablé de ustedes porque mi abuelo es precavido. Somos una familia muy antigua de híbridos, todos los Pasco somos híbridos. — Comentó Romolo.

— ¿Ustedes son Pasco? — Preguntó Jimin, sorprendido, apretando ligeramente la mano de Jungkook — ¿Y qué hacen aquí?

Eso pareció provocar una pequeña reacción en el anciano. Resopló ante la pregunta mientras se subía más las gafas de leer por el puente de la nariz, dejando que su nieto hablase por él.

— Solíamos ser nómadas. Siempre en movimiento. Solíamos venir por la zona una vez cada varios años y quedarnos unas semanas. — Romolo continuó hablando, sin inmutarse por la actitud despectiva del anciano, mientras le respondía en un tono suave y cálido —. Han pasado décadas desde aquellos tiempos. De todos modos, ahora es demasiado arriesgado.

— Ya veo, lo entiendo, es muy peligroso. — Dijo Jimin mientras apoyaba su mejilla en el hombro de Jungkook —. Por si acaso, ¿sabes si ha habido algún cazador por aquí?

Los dos estaban claramente cómodos el uno con el otro, y se notaba. El anciano observó cómo Jimin apoyaba la cabeza en el hombro de Jungkook. Canturreó para sí mismo, las arrugas de su rostro se profundizaron cuando volvió su atención a la pregunta.

— Hay toda una familia de cazadores en el pueblo del al lado. Una panda de lunáticos. A veces tienen la costumbre de husmear por el bosque.

Jungkook pareció tensarse ligeramente ante las palabras del anciano. Una familia de cazadores… ah.

Romolo les dedicó a ambos una sonrisa comprensiva mientras hablaba en tono tranquilizador.

— Pero no se preocupen. Los Pasco llevan años aquí, y sabemos que no hay que armar jaleo con esos tipos. Molestarán a otra gente antes de pensar en molestarnos a nosotros.

— Muy bien, eso me tranquiliza. A nosotros nos buscan porque Jungkook atacó a un cazador. — Comentó Jimin, una verdad a medias, omitiendo la parte en la que Jungkook también era cazador —. Y Jungkook es un humano normal, no tiene nada con lo que defenderse.

La mirada del anciano pasó de la cara de Jimin a la de Jungkook. Miró a Jungkook durante unos minutos, antes de soltar otro bufido. Era obvio que no creía ni una sola palabra de lo que Jimin había dicho. Incluso sin una visión perfecta, el anciano podría prácticamente ver a través de toda la mentira.