El celo de Heizou.

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Ya eran las 5 de la mañana en Inazuma. Heizou estaba profundamente dormido ya que las feromonas de Itto lo tranquilizaron y relajaron al punto de hacerlo caer en un sueño profundo. Itto lo observaba con cariño, amaba a ese chico más que a nadie, su abuela probablemente ya estaba cansada de que siempre le hablara de Heizou, para Itto, Heizou era como una luz al final de túnel, aquella inspiración a hacerse más fuerte para protegerlo de cualquier peligro, le encantaría tenerlo en una cajita de cristal, que nunca sufriera y para aquellos que se atrevieran a tocarle un solo pelo, jura que los hará pasar por un infierno en vida.

No sabe cómo va a reaccionar Heizou cuando se levante, hace unas cuantas horas, de forma algo forzada, le confesó su amor, le da miedo que el omega lo rechacé, no quiere estar lejos de él, quiere llevarlo al altar, pero si esto no está en la lista de deseos de Heizou, lo comprenderá, estará enamorado pero jamás haría algo que lastimara físicamente o mentalmente al omega.

Ya le tenía preparado el desayuno al propietario del hogar, pero se sentía cansado, así que decidió acostarse en el futón que se encontraba al lado de la cama de Heizou. Al momento de acostarse, empezó a pensar de nuevo en lo ocurrido hace apenas dos horas.

 Al momento de acostarse, empezó a pensar de nuevo en lo ocurrido hace apenas dos horas

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— Hey. Heizou, ¿Puedes moverte O prefieres que te cargue?— Itto le hablo con un tono dulce, algo que hizo enloquecer al Omega, trataba de no moverse bruscamente para no afectar el cálido abrazo.

— Alfa... Por favor, tómame, hazme tuyo, márcame.— Las feromonas de Heizou empezaron a desprender lujuria, rápidamente le agarro las manos al alfa para que las pusiera en su cadera.— Itto, te necesito, vamos a la cama, ¿Sí?

— Zou...No. Te llevaré a la cama pero para que descanses. No voy a hacerte nada aparte de hacer que te relajes y duermas, así que no insistas.— El tono de voz ahora era uno serio y quitó de manera rápida sus manos de la cadera de Heizou. Maldita sea, Itto en verdad quería ayudar al omega pero no se sentía capaz de acostarse con él, a su pensar, le estaría faltando al respeto, pues no esta consiente de sus acciones, solo lo hace por instinto, pero se sintió mal cuando vio los ojos llorosos y no por deseo de su omega. — Z-zou, ¿Qué pasa?, ¿Te encuentras bien?, ¿Que necesitas?— Se estaba desesperando, odiaba ver a Heizou llorar y se sintió triste al ver que el omega se separó abruptamente del abrazo.

— ¿Acaso no me deseas?, ¿Por qué no te quieres acostar conmigo?, ¿No soy lo suficientemente lindo?— Los hermosos ojos verdes de Heizou se llenaron de lágrimas, estaba dolido, sus feromonas ahora olían a tristeza, aquel dulce olor a caramelo y frambuesas ahora era de camarelo amargo y frambuesas dañadas. — ¡Contéstame!, si no querías estar con alguien como yo, pudiste rechazar la propuesta.

— Heizou, ¿De que hablas?— Ahora el alfa estaba sumamente confundido, ¿De dónde saca su Zou que no lo ve lindo?— Claro que te deseo, pero el deseo no es solo carnal. Estás en tu celo yo no me quiero aprovechar de eso, por más que digas que está bien, que me das permiso, para mi, yo te estaría faltando al respeto, quiero hacer eso contigo cuando estemos en una relación formal y ambos estemos sin la influencia del celo. Y claro que te veo lindo, ¿No te has visto al espejo?, pareces sacado de un cuento de hadas en donde eres el protagonista. Te amo tanto que no soy capaz de sobrepasarme contigo.— Al terminar de hablar, Itto abrazo con todas sus fuerzas pero sin llegar a lastimar a Heizou. No le gusto para nada que su chico pensará esas cosas, el olor de cacao se intensificó, haciendo que el lindo omega se durmiera en los brazos del alfa.

Los alfas más guapos de Teyvat, y Tartaglia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora