Capitulo 3|Rubia.

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𝔓𝔞𝔲𝔩 𝔚𝔢𝔰𝔨𝔢𝔯

La tranquilidad se había esfumado. Todo mi equipo y yo estábamos reunidos en la sala de reuniones, observando las noticias con atención.

Menos la Comandante Dipierro, esa mujer no había llegado todavía a la central.

“Hoy se encontró muerto el famoso magnate William Miller. El Sr. Miller fue asesinado en la madrugada del día de ayer".

Deje de escuchar las noticias para mirar las Imágenes del cuerpo del Sr. Miller que tenía en la carpeta.

Causa de muerte: un disparo perfecto en la sien.

Por la precisión del asesinato indicaba que el asesino era un profesional, alguien que sabía exactamente lo que hacía.

Miré a mi mujer esperando que haya notado algo que yo no, pero estaba mirando la pantalla con el ceño fruncido.

Suspiré, esto complicaba aún más la investigación, llevaba años siguiendo a Lombardi, tratando desarmar su red de drogas y ahora teníamos a un asesino suelto.

Perfecto, el pan de cada día.

Intenté descubrir si había alguna posibilidad de que el propio Leonardo estuviera detrás de este asesinato. Realmente me preguntó si es capaz de ejecutar a sus propios aliados, pero la idea me parece simplemente absurda.

Aunque con este tipo de personas, nada era imposible.

Aún así, no encontraba una razón lógica para que Lombardi matara a la persona que lo ayudaba a transportar e importar la droga.

¿Qué ganaría con eso?

Únicamente nada.

Lo que me llevaba a la segunda idea, había alguien intentando hacer enojar a Lombardi y eso haría probablemente mi trabajo más pesado de lo que ya era.

No quería a un imbécil italiano molestando, más de lo que ya lo hacía con su misera presencia.

"En su poder se encontraron varias grabaciones y papeles que aparentemente revelan sus tratos con criminales".

Escuché a mi futura esposa susurrar algo así que mandé a apagar la televisión.

—¿Qué dijiste?

—Frente a ese edificio hay departamentos.

Era cierto, frente a ese edificio había departamentos que fueron inaugurados hace apenas unas semanas y por el ángulo del disparo, tendría que haber sido desde uno de esos apartamentos.

Y ¡oh sorpresa!, obviamente el edificio tenía cámaras de seguridad.

—Quiero las cámaras de los departamentos —Ordené, y Brown abrió su laptop con rapidez.

Me situé detrás de ella junto con mi prometida y le dí un beso en la frente agradeciendo su inteligencia.

Nos quedamos observando cada movimiento en la pantalla. A Brown le tomó un tiempo antes de que lograra acceder a las cámaras de los pasillos, escaleras y ascensores.

Finalmente, a las 14:23, vimos a una mujer rubia forzar la entrada de un apartamento. Su figura era alta, delgada y de buen porte, pero lo que llamó mi atención fue lo fácil que abrió la puerta.

Permaneció dentro del apartamento durante treinta minutos antes de salir con la misma rapidez con la que había entrado.

Tomó las escaleras de emergencia, pero en un momento se detuvo.

Conocerse (Domisker)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora